ICAL/ Valladolid El exsecretario provincial del PSOE de Ávila y portavoz en la Diputación, Tomás Blanco, aseguró hoy que el secretario federal de Organización, Óscar López, inició hace 15 meses una “operación” para recuperar el control del Partido Socialista en Castilla y León y ser candidato a la Presidencia de la Junta, una vez que su carrera nacional había quedado dañada por el ‘caso Ponferrada’. Desde entonces, sostuvo que un grupo, formado por cinco secretarios provinciales y las vicesecretarias Ana Redondo y Ángela Marqués, ha trabajado para derrocar al secretario autonómico, Julio Villarrubia, cuya ejecutiva fue disuelta hace días al dimitir la mayoría de los miembros.
Blanco viajó hoy a Valladolid para explicar lo ocurrido en el PSCyL-PSOE en una comparecencia a las puertas de la sede autonómica de los socialistas. El dirigente abulense aseguró que le entregaría un escrito al presidente de la gestora autonómica, Jesús Quijano, para que tenga conocimiento de lo sucedido. Aseguró que la actuación del grupo que lidera López ha sido “ilegítima” y pidió el regreso de Villarrubia a la Secretaría General, por lo que aseguró trabajará en los próximos meses. El político abulense sostuvo que la polémica que generó la moción de censura que el PSOE presentó en Ponferrada (León) con el apoyo de IAP, el grupo del exalcalde Ismael Álvarez, para desbancar al PP, truncó la carrera nacional de López que desde entonces ha planeado su vuelta a la política en la Comunidad, si bien ha mantenido la Portavocía en las Cortes autonómicas. Tomás Blanco señaló que este caso fue el “punto de inflexión” debido a la “debilidad” que generó a López, puesto que la crisis se resolvió con el abandono del partido por parte de los concejales socialistas.
En ese momento, aseguró que López formó un grupo con cinco secretarios provinciales -el propio Blanco, el leonés Celestino Rodríguez, el zamorano Antonio Plaza, el segoviano Juan Luis Gordo y el vallisoletano Javier Izquierdo-, al que se sumaron las vicesecretarias y procuradoras Ana Redondo y Ángela Marqués. Señaló que “organizaron” y “concertaron” la salida de Julio Villarrubia del PSOE autonómico, que dirigía desde abril de 2012, cuando fue elegido en un congreso con el 83 por ciento de los votos secretario general.
Blanco informó de que intercambiaban mensajes a través de un grupo de chat en WhatsApp, que recordó todavía conserva. Además, señaló que al grupo se han unido senadores y diputados, formando en total una platatorma de 25 dirigentes socialistas, cuyos nombres irá desvelando. Entre ellos, señaló que se encuentran algunos de los que dimitieron en la ejecutiva del 30 de mayo y otros cargos socialistas. “Estuvimos preparando, trabajando, para el retorno de Óscar López”, reconoció.
Además, apuntó que mantuvieron encuentros en el despacho de López en Madrid desde donde utilizaban los “medios” e “instrumentos” de la Secretaría de Organización para “buscar la vía” que les permitiera “echar” a Villarrubia. También ofreció detalles como las comidas de trabajo que mantenían en un restaurante del centro de Valladolid o en otro situado en un polígono industrial de la ciudad. Aseguró que en estos encuentros trataban de recabar las firmas de la mayoría de los miembros de la ejecutiva autonómica para forzar su disolución.
También desveló que las dimisiones de la Ejecutiva estaban previstas para el verano pasado, cuando recordó que tenían más apoyos que ahora. Sin embargo, indicó que las renuncias se pospusieron ya que consideraron que iba a tener efectos “perniciosos” para López. Sin embargo, los resultados de las últimas elecciones europeas y la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba desencadenaron la operación.
Ordenación y urgencias
Asimismo, Tomás Blanco señaló que el grupo también se encargó de debatir y analizar punto por punto, cada uno de los artículos de la Ley de Ordenación, Servicios y Gobierno en el Territorio, que aprobaron las Cortes en septiembre de 2013 con el apoyo de los socialistas. Además, criticó que el abulense Pedro José Muñoz, secretario de Organización en la etapa de López, negociara, según dijo, con el consejero de la Presidencia y portavoz, José Antonio de Santiago-Juárez, el acuerdo con la Junta sobre esta norma, que llevó como contrapartida la reapertura de las urgencias nocturnas en 17 centros de salud rurales.
Sobre esta medida, Blanco aseguró que López trató de atribuirse el logro para que otros dirigentes, como el secretario provincial de Salamanca, Fernando Pablos, se uniera al grupo. Además, cuestionó la negociación ya que aseguró que el Grupo Socialista apoyó en las Cortes una ley que no había sido debatida por la Comisión Ejecutiva Autonómica. “Eso sí que es ir contra el partido”, dijo, al tiempo que señaló que esta actuación pretendía “minusvalorar” a Villarrubia como secretario general del PSCyL.
También defendió el acuerdo suscrito por Villarrubia y la Junta en octubre de 2012, ya que aseguró que el secretario autonómico es el que tiene la capacidad de negociar y llegar a pactos y recordó que fueron informados todos los secretarios provinciales.
Denuncia 15 meses después Blanco, que reconoció haber participado en la operación, aseguró que abandonó el grupo en septiembre del pasado año y le comentó lo que sucedía a Villarrubia. Explicó que el detonante fue la invitación que hizo al secretario autonómico y a Óscar López para que acudieran a la Fiesta de la Rosa de Ávila, lo que provocó el malestar de Muñoz que, según aseguró, no quería que Villarrubia visitara la provincia. Además, explicó que pidió al secretario de Organización federal que apartara a Muñoz, lo que fue rechazado por López. Todo ello, -dijo- provocó su salida del grupo de WhatsApp y la dimisión en enero de la mayoría de los miembros de la ejecutiva abulense . Sobre el momento que ha elegido para denunciar lo sucedido, Blanco explicó que lo ha hecho una vez que la operación se ha materializado y porque se cuestionaba la “palabra” de Julio Villarrubia. “Yo formaba parte de esto”, dijo, por lo que hizo hincapié en que puede contar “toda la verdad”. Además, avisó que irá dosificando la información en los próximos meses para frenar las aspiraciones de Óscar López en Castilla y León.
Ilegítima
Blanco calificó de “ilegítima”, “inasumible” e “incompatible” la actitud que ha mantenido Óscar López en los últimos 15 meses. Aseguró que no puede liderar el PSOE de Castilla y León ya que remarcó que ha sido “desleal”. También criticó la fórmula elegida para disolver la ejecutiva, que señaló figura en un reglamento anterior al 35 congreso en el que fue elegido secretario general José Luis Rodríguez Zapatero (2000). Insistió en que debía haber sido el Comité Autonómico, previsto para finales de mes, el que tenía que haber decidido el futuro del PSOE. Sin embargo, explicó que López y sus partidarios no tienen mayoría en este órgano de unos 200 miembros, por lo que forzaron la disolución de la ejecutiva y la salida de Villarrubia. Por ello, argumentó que la actuación ha sido “ilegítima”, aunque legal, ya que le han quitado la posibilidad a los militantes, representados en el Comité Autonómico, de mantener en el cargo o no al secretario autonómico. Explicó que la ejecutiva es un órgano formado por los miembros que decide el secretario general al imponerse en un congreso, por lo que no cuenta con el voto de los delegados.
Nuevo tiempo
Por otra parte, Blanco expresó su apoyo a Villarrubia, con quien ha hablado en un par de ocasiones desde el 30 de mayo. Aseguró que fue depuesto de una forma “ilegítima” por lo que a su juicio el partido tiene que reponerlo en el cargo. Para ello, pidió a los militantes que lo voten en el próximo congreso extraordinario, que se celebrará previsiblemente en septiembre. Aseguró que ninguno de los secretarios provinciales implicados pueden pedir una segunda vía frente al anterior secretario autonómico.
Finalmente, señaló que el PSOE necesita dirigentes que trabajen para defender al partido y no en su propio beneficio, modificando las mayorías. Aseguró que esto ocurre de manera “sistemática” en su formación, lo que ha motivado los últimos resultados electorales. “Yo mismo hacía esas cosas”, reconoció, por lo que aseguró que no volverá a representar al PSOE en una institución. Concluyó que no ha recibido ninguna “presión” para que no hiciera público la existencia del grupo contra Villarrubia.