El espejo francés

 

Alivio a medias, pero alivio en toda Europa. Ganó Macron. Europeísta reformador, pero europeísta convencido. La segunda potencia política y económica no abrirá un nuevo frente en Europa. Al menos, por ahora. Porque las elecciones francesas dejan sin despejar varias incógnitas:

1.- El populismo de extrema derecha de Le Pen sale reforzado pese a la derrota. El 34% de apoyo electoral es muy alto. Son 10,5 millones de franceses. Demasiados, si se tiene en cuenta que dentro de poco más de un mes habrá elecciones legislativas, en las que Le Pen se mantiene como favorita. Sigue siendo una amenaza para la estabilidad de Europa, sobre todo para el Sur.

2.- Los partidos tradicionales, los socialistas y los republicanos, lo más parecido al PP español, han sido barridos del mapa. Puede ser el fin del bipartidismo histórico. Ahora en Francia, como en España, surgen partidos nuevos, populistas o reformistas, que rompen con la tradición. El partido de Macron no es como Ciudadanos, pero es lo más parecido.

3.- Macron ha sumado en esta segunda vuelta apoyos socialistas y republicanos. Si esos votos vuelven a su nicho natural, el flamante presidente de la República puede quedarse sin el apoyo parlamentario que necesita para gobernar. Como le pasa ahora mismo a Rajoy. Macron tiene poco más de un mes para articular un partido. Muy poco tiempo. Es decir, se prevén multicoaliciones para gobernar Francia a corto plazo. Le Pen se debe estar frotando las manos.

4.- El populismo de izquierdas del francés Melenchon, tipo Podemos en España, ha quedado tocado por su indefinición ante la segunda vuelta de estas elecciones. Como en España, es un movimiento que quiere y  no puede. La diferencia es que en Francia ha fagocitado al partido socialista. En España, el PSOE resiste a duras penas, pero  se autoconsume en una brutal guerra fratricida de incalculables consecuencias. Ya hasta alcaldes socialistas califican de “mafia” a la gestora nacional del partido. Más leña para el motor de Podemos y los populistas. Mientras, el moderado Patxi López, predica en el desierto su mensaje de unidad y confraternización. A ver qué da de sí el debate de primarias del próximo día 15 de mayo. Susana y Pedro van directos al desastre.

Y  5.- Y Rajoy toma nota y gana tiempo tras estas elecciones en Francia, qué tanto pueden influir en España y en Europa a corto y medio plazo. Rajoy apura le negociación para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. El PP necesita, como sea, el acuerdo, con PNV y los canarios. Al precio que sea. Paga con pólvora del rey. ¿5.000 millones de euros? Pues, vale. Se cede ante los vascos y los canarios en detrimento del resto de España – a ver qué dicen Herrera y Mañueco de esta componenda- con el único objetivo de apuntalar al PP. A ver si pasa la marea de tanta corrupción, se enfrían los ánimos, y el PP aguanta. Resistir es vencer. Y Rajoy, un maestro de esta estrategia. Rajoy no es Fillón ni, en este caso, España es Francia. Los republicanos dejan de votar a un partido, cuyo líder es sospechoso de corrupción. En España sucede todo lo contrario. La corrupción no pasa factura al PP, al menos en el grado que debiera.

No estamos en los tiempos de los Pactos de Familia, pero lo que sucede en Francia repercute en España. En cualquier caso, hay que esperar a las elecciones legislativas francesas de junio para sacar las conclusiones definitivas. Mientras, no estaría  de más que Rajoy pusiera sus barbas a remojar.

 

 

 

Print Friendly, PDF & Email