Campaña soberbia la del Atlético Astorga. Segundo en la Competición, máximo anotador del grupo en el equipo y clasificándose con facilidad para el playoff de ascenso. Muy buena imagen en las eliminatoria previas al sueño de la división de bronce. Dejando en la estacada al Algeciras y al Tropezón, los de Miñambres se encuentran con la dura realidad al no poder levantar el último choque del playoff. El C.D. Vitoria se convierte en fantasma y verdugo del “sueño verde” de un club y de toda una ciudad.
El día que La Eragudina tembló
La cosa no pintaba tan mal como parecía. A pesar de haber perdido en el feudo vitoriano, para el Astorga jugar en casa era su baza más importante. Cerrar la eliminatoria ante su público y sobre su tapete era ya ese empujón que casi igualaba las cosas antes del encuentro.
Pero los vitorianos no se dejaron amedrentar por la presión de la parroquia local. Consiguieron hacer valer su ventaja del partido de ida y demostraron que cualquier campo es bueno para ascender. Los de Miñambres ganaron en casa, frente a su afición, pero no fue suficiente para el ascenso.
Los hombres de verde, los “increíbles” murieron con las botas puestas. Luchando hasta el último minuto de partido por mantener la esperanza de jugar una temporada más en Segunda División B. Al final, cayeron como espartanos; firmes, orgullosos y con el bagaje de un playoff más en la mochila. Llegar a la última fase no es fácil y para un club como el Atlético Astorga es todo un logro pelear por la categoría de bronce. En toda España se han hecho eco los medios de la gesta de un modesto equipo que imaginándose superhéroes cedieron en la última batalla.
Se quedó sin premio La Eragudina que a pesar de perder el ascenso animó y arropó a los suyos en “las malas”. Ha sido una brillante temporada y eso la parroquia local lo sabe agradecer. Jugadores y afición tienen que sentirse orgullosos del enorme esfuerzo realizado para volver a llamar con fuerza a las puertas de Segunda B.
Sin tiempo de reacción
Los de Vitoria salieron a La Eragudina a especular con el resultado. Sabían que en frente tenían a un duro rival que no pondría las cosas fáciles, menos aún en casa. Desde el comienzo el equipo visitante se dedicó a dejar pasar los minutos esperando una salida rápida que matase al Astorga con la que cerrar la eliminatoria. Fue en el minuto 2o cuando Conde se encuentra con un balón y bastante espacio para progresar. Chuta duro batiendo a Kike y deja helada La Eragudina. Hacían falta tres goles para pasar. Mucho. Pero en peores se había visto el Astorga.
A partir de ese primer gol el Vitoria dejó de jugar al fútbol. Mirando de reojo el cronómetro no dejaron de buscar excusas para perder tiempo y hacer valer su ventaja. Constantes interrupciones y faltas que no dejaban al Astorga hacerse con el partido. Ni para ti ni para nadie.
Aun con todo apareció el 9 local. Ese devorador del área que no perdona. Puente anota al filo del descanso el 1-1 y vuelve a poner en pie a la grada.
El descanso dejó paso a más de lo mismo. Un equipo que quería jugar y otro que no estaba por la labor. Los vitorianos jugaron sus bazas amarrando el resultado.
Algo casi insólito se vivió entonces en La Eragudina. La colegiada se lesiona y el partido se para durante varios minutos. Tras recomponerse la titular indica diez minutos de añadido. Diez agónicos minutos para seguir soñando. Puente tendría otra, esta vez un chut de falta lejana que se cuela por la cepa del poste izquierdo de Mikel.
La grada se volvió loca. Pero no hubo tiempo para más, un par de llegadas sin acierto de los locales y balones fuera por parte de los vitorianos que se veían estrangular.
Pitido final. La estampa de estos casos. Unos celebrando el ascenso y otros destrozados por haberse quedado a las puertas de la Segunda B. Llegar no es fácil. Y andar el camino que ha recorrido esta temporada el Atlético Astorga se le antoja imposible a muchos equipos de mayor renombre pero no de tanto calado. Un diez para los “Increíbles” maragatos. Los Héroes de un ascenso que tendrá que esperar al menos una temporada más.