“El Atlético Astorga se merecía quedar en Segunda B”

Se cumple un año de la llegada de Paulino Martínez al Atlético Astorga y desde Astorga Digital queremos recordar este año en el banquillo y queremos saber más del técnico albacetense. Por eso, con esta entrevista os acercamos un poco más a la persona que hay detrás del entrenador pero también a este último y a sus planes. Hoy ofrecemos la primera parte. Mañana, martes, segunda y última entrega.

Míster, cuéntanos un poco de ti

Bueno, hombre de fútbol sobre todo, prácticamente lo que he hecho toda mi vida. Alargué mucho mi tiempo como futbolista, hasta los 40 años. De hecho, en mis últimos años como jugador profesional ya empezó a picarme el gusanillo del banquillo. Comencé entrenando a los más pequeños, desde prebenjamines pasando por alevines hasta ir cogiendo juveniles y luego ya pasé a equipos de tercera división hasta llegar al Atlético Astorga.

¿Los entrenadores nacen, se hacen o los hacen?

(Risas) Yo creo que el entrenador tiene que tener pasión por esto, y a partir de ahí formarse e ir haciéndose. Poca gente nace entrenador, aunque es verdad que hay entrenadores que no han sido futbolistas, o que se han retirado pronto por diferentes cuestiones, o que no han llegado a jugar profesionalmente y empiezan a entrenar desde muy temprana edad. Pero de todos modos se van haciendo muy poquito a poco; al final creo que la experiencia del fútbol, la vida, trabajar y repetir es lo que va labrando tu destino.

¿Pensaste alguna vez que esto iba a ser el pan tuyo de cada día?

No. Tampoco lo pienso ahora mismo, al final es mi pasión. Entrenar es el “daño colateral” de haber sido futbolista durante muchos años. El fútbol es mi gran pasión, he podido jugar hasta los 40 años y la idea de ser entrenador fue calando poco a poco, sobre todo en los últimos años cuando empecé a manejar equipos de niños pequeños. Intentas transmitirles todo lo que sabes y ellos lo llevan a cabo. A partir de ese momento es una rueda que te genera ilusión cada año y al final recibes la confianza del equipo.

¿Quién es tu máximo exponente en el fútbol como entrenador?

Al final se aprende de todos, en la vida hay que aprender de cualquiera que transmita valores, ideas y estilo, entre otros. Ya sea bueno o malo. No sabría elegir un entrenar que pueda servirme como ejemplo, porque al haber jugado tantos años he tenido la suerte de tener muchísimos entrenadores. Al final son los entrenadores con los que convives cada día los que te aportan cosas. No conoces a los que salen en televisión o entrenan en Primera. Durante los cuatro años que llevo como entrenador he intentado formarme y aprender cada día de los jugadores. Me he ido descubriendo poco a poco.

¿Albacete o Astorga?

Albacete es mi ciudad de nacimiento, pero llevo muchísimos años fuera, desde los 18 para ser exactos, y tengo 43. No obstante, allí está toda mi familia, a quienes les debo todo. Desde los 9 hasta los 18 años estuve en la cantera del Albacete y allí comenzó a forjarse lo que posteriormente ha sido un jugador profesional durante 22 años.

Y ya entrando en materia, llevas un año en el Atlético Astorga, ¿cómo te sientes?

Bien, muy valorado. Desde el primer día sabíamos que iba a ser complicado, pero al final es más importante sentirse bien, valorado y querido. En estos 365 días pasados no ha habido ni un momento que no me haya sentido así. He intentado desde el primer momento que el Atlético Astorga quedara donde se merecía, en 2ªB. No lo conseguimos, pero sentimos el reconocimiento al trabajo por parte de toda la afición. Me siento feliz en Astorga.

Volvamos al principio, ¿cómo se ponen en contacto contigo?

El Atlético Astorga pasaba por un momento delicado y yo ya había tenido varias experiencia similares en años anteriores. Primero con el equipo juvenil Puente Castro, que tuvo una primera temporada muy dura, y cuando me fui a Tercera División con el C.D. Valdivia, donde entre nuestros objetivos estaba el mantenernos dentro de la categoría, cosa que logramos en ambos casos. Después de esto, el Atlético Astorga contactó conmigo.

Llegas a Astorga y firmas hasta final de temporada, ¿qué es lo primero qué haces en el vestuario?

El vestuario estaba muy afectado por los resultados y llegamos en un momento delicado. Lo primero que les dije fue que tenían que olvidar todo lo que tenían de fútbol en la cabeza. Poner “el disco duro” en blanco y empezar a reescribir conceptos que yo iba a intentar transmitirles, es decir, si cada uno exponía en el campo algo individual, no seríamos un equipo.

Desde ese mismo momento, olvidamos todo lo malo que ha pasado y empezamos de cero. Les dije que jugábamos contra la Cultural y que necesitábamos pensar como si fuera la primera jornada de Liga, con 25 jornadas por delante nuestro. Para mí lo principal era resetear y seguir una línea que iba a marcar yo. 

¿Creías en la salvación?

Sí, claro que lo creía. Llegué con el tiempo suficiente para conseguirlo porque nos quedaban 25 jornadas por delante, y había que conseguir alrededor de 35 puntos. Creía en la salvación porque dentro del equipo había materia prima como para conseguirlo.

No consigues salvar al club. Son momentos duros para los chavales, la gente gestora y para la afición. ¿Qué es lo que se te pasa por la cabeza?

Siempre queda la esperanza de que todo se dé para revertir la situación, para no descender. Lo hablé con la directiva, que no nos lo podíamos tomar como un drama. Habíamos generado ilusión porque estuvimos a punto de lograrlo, pero esto es fútbol y los últimos partidos nos vimos abocados al descenso. Creo que desde el primer momento en que descendimos había que transmitir ilusión por un proyecto nuevo. Mi mensaje fue precisamente ese, que hay equipos que bajan de categoría y al año siguiente vuelven a ascender. Nos llevamos el palo del descenso pero había que levantarlo, se podía generar ilusión y seguir con el proyecto.

¿Pensaste abandonar?

No, me puse a disposición de la directiva. Creo, y creía en ese momento, que el descenso había sido un palo porque tuvimos la permanencia al alcance de nuestra mano. Pero este club tiene cosas importantes como para intentar volver a generar ilusión en nuestra gente, que la gente vuelva al campo y es lo que estamos haciendo.

¿En quién te apoyas en esos momentos?

Te apoyas en lo que ves, y lo que vi fue el reconocimiento al equipo. Hubo una cosa muy curiosa, en el último partido contra el Racing de Ferrol, cuando el Atlético Astorga ya había descendido a Tercera División, los jugadores levantaron del suelo a los del Racing que habían quedado segundos, porque estaban más hundidos que nosotros, habían perdido la primera posición. Ver eso hizo que confiase más en los valores de la entidad, del equipo. Habían descendido, y aún así, la gente animaba a los chicos generando ilusión por este club, que muestran cada día y los domingos cuando jugamos en La Eragudina. Sólo veo cariño hacia nosotros.

Renuevas otro año más y comienzas a confeccionar tu nuevo equipo, ¿te dicen si hay restricciones o te dan carta blanca?

Desde el principio la directiva, Matías Manjón, delegado del equipo y yo cogemos el mando de la nueva gestión deportiva. Sagrario González, presidenta de la Junta Gestora, desde su parcela económica, que desde luego es la más importante. Tanto Matías como yo, que habíamos estado viendo jugadores desde el principio, creíamos que el Atlético Astorga tenía que nutrirse de futbolistas de la zona, porque en un club modesto los recursos humanos tienen que intentar ser el máximo componente de la plantilla. Sondeamos todo el mercado y fuimos llamando a los jugadores que podían venirnos bien para el siguiente año. No lo hicimos con prisa y fue la directiva la que consiguió que todos los jugadores vinieran.