Entre el 29 y el 19 antes de Cristo el Imperio Romano comenzó una guerra en el norte español asaltando las tribus astures y celtíberas que poblaban el territorio. El imperio de Augusto utilizaba armas de asedio que este domingo se han mostrado las que desde hace semanas se ubican para su exposición por las calles de Asturica Augusta. El grupo ha tenido un guía de lujo, Isaac de la Fuente, constructor de las mismas, que ha explicado la construcción y funcionamiento de los diferentes aparatos, desde una grúa al ariete con el que minar las fortificaciones enemigas.
Una de las piezas más llamativas es la grúa que se ubica este mes en la plaza de San Bartolomé, una máquina elevadora de tracción humana que fue principalmente utilizada por los romanos para la construcción de las urbes y las fortificaciones. Otro de los elementos característicos del poder guerrero de Roma fueron los arietes, que en su forma más simple apenas son un tronco de madera cargado por varias personas. Una de las peculiaridades es la cabeza de carnero incorporada al tronco y que da nombre a la máquina de asedio. Ariete deriva del latín aries, que significa “carnero”. Para evitar que fuesen destruidos por el fuego, muchos arietes contaban con cubiertas protectoras y paredes reforzadas con cuero u otros materiales que los protegían, como se muestra en el ariete ubicado en la plaza del Obispo Alcolea (taxis).