El Archivo Diocesano de Astorga celebra medio siglo siendo «un albergue para la memoria»

El Aula Magna del Seminario ha acogido el acto de celebración en el que se ha resaltado la "memoria agradecida" de este "lugar de encuentro, de cultura, de acercamiento y convivencia" y se han entregado diplomas a las personas e instituciones distinguidas como 'Amigos del Archivo Diocesano de Astorga'

El Aula Magna del Seminario de Astorga ha acogido este viernes la celebración del medio siglo de vida del Archivo Diocesano. Un acto para conmemorar ese momento en el que los fondos documentales de la Diócesis fueron transferidos a las nuevas dependencias y donde se inicio un nuevo periodo de conservación y custodia, «significando este hecho una apuesta decidida en la conservación y cuidado del patrimonio documental de la Diócesis».

La primera en intervenir fue Goya Cavero, catedrática emérita de Historia Medieval de la Universidad de León, quien ha señalado que celebrar 50 años «supone valorar la consolidación de una creación institucional de sobrado prestigio y sumamente reconocida».

«El Archivo Diocesano se convirtió en nuestra casa, en cantera de tesis doctorales que fueron presentadas en diferentes universidades. Astorganos que amamos nuestra tierra y decidimos intensificar las investigaciones sobre esta ciudad, esta Diócesis y nuestras instituciones. El Archivo se convirtió en el punto de encuentro de muchas investigaciones que se complementaban entre sí», alegó.

«El Archivo Diocesano fue desde sus orígenes un lugar de encuentro, de cultura, de acercamiento y convivencia. Un lugar abierto donde compartir y trabajar muy duro. Hoy sigue teniendo las puertas abiertas a la comunidad investigadora. No es una fuente de dinero, tiene vida siempre y cuando la historia y lo que pueda dar se la den los investigadores», añadió Cavero.

«Hoy contamos con una revista propia del archivo ‘Notas de Archivo’, que se ha convertido en ese cauce necesario para la publicación de trabajos y para compartir investigaciones y poner en valor las fuentes asturicenses», señaló la catedrática.

Por último, recordó a Augusto Quintana, primer director, «porque fue el alma» y a José Manuel Sutil, que durante años también llevó la dirección del Archivo.

Miguel Ángel González, director del Archivo Diocesano, explicó que celebrar 50 años les pareció que era una «obligación, una necesidad de recordar, agradecer, pedir y seguir proyectando cosas».

«El Archivo Diocesano es memoria agradecida. Tener memoria es tener la posibilidad de agradecer. Un Archivo que es la historia de una Diócesis milenaria extensa. Una historia que comenzó en el siglo III y llega al siglo XXI», señaló el director.

«Nuestra historia fue robada por el fuego, la Guerra de la Independencia nos robo nuestra memoria catedralicia, se quemaron muchos documentos. Pero pasamos de la indiferencia a la esperanza, el Archivo tuvo casa, en ese espacio de la Catedral, ese lugar discretamente ubicado», concluyó.

Tras ello, se entregaron diplomas a las personas e instituciones distinguidas como ‘Amigos del Archivo Diocesano de Astorga‘ que recayeron en la Cadena COPE, Gemma Quintana Llamas, Milagros Gil Martín, Emilio Fernández Alonso, Ricardo Fuertes Vega y la Asociación de Amigos de la Catedral.

Tras la interpretación musical de Álvaro Lobato y Guillermo Ares de una recreación de 7 versos Salve Regina en primer tono del siglo XVII, el obispo Jesús Fernández cerró el acto dedicando unas palabras al Archivo: «Hace 50 años se empezó a construir un albergue para la memoria, un lugar donde cualquier vestigio histórico relacionado con esta iglesia encontró su aposento y cuidado. En el Archivo Diocesano está la huella divina y humana de lo vivido«.

«Como obispo quiere mostrar mi intención de promover su buena gestión, la renovación material del edificio y la actualizaron de los servicios informáticos«, concluyó.

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