El alcalde pide amparo a Santa Marta para superar definitivamente la pandemia y por el futuro de la ciudad

Juan José Alonso Perandones solicitó también ayuda para aprender a ser "más comprometidos, solidarios y comunicativos"

Como cada año, Astorga ha acogido la tradicional ofrenda a su patrona Santa Marta. En esta ocasión, el regidor, Juan José Alonso Perandones, le ha pedido que con su patronazgo superemos la pandemia definitivamente y también por el futuro de la bimilenaria.

Discurso del alcalde 

“Venimos un año más, Santa Marta, a realizar la ofrenda en nombre de la ciudad. Desconozco qué avatares históricos hayan podido ocasionar la interrupción de esta ciudadana y fervorosa cita a  partir de  1741 —año en el  que de forma efectiva y coincidiendo con la construcción de esta nueva iglesia Astorga viene oficializando vuestro amparo y patronazgo—. La actual pandemia nos ha impedido el mantener en su totalidad la costumbre que conlleva la real presencia, pero en ningún caso  la atención espiritual y afectiva. Vuestra palma martirial  nos testimonia, al tiempo que las dificultades y persecuciones, la pronta implantación en nuestra ciudad del Cristianismo, con sus primeros obispos, y su pertenencia a la civilización occidental. El otro esencial símbolo, el libro en vuestra mano en actitud de enseñar a Justo y Pastor, ha sido una premonición de lo que la educación y la cultura, en tiempos fundamentalmente la eclesiástica, iban a representar para Astorga en su dilatada historia.

Patrona nuestra, pues, Santa Marta,  sois, y bien se aprecia en vuestra imagen, que se repite en esta bella iglesia, tal y como acertadamente don Bernardo Velado recogió en sus memorias “Astorga de mi vida” … se ve  en toda ella (esta iglesia)  un monumento triunfal a su memoria. Desde el frontis en que Santa Marta nos sale al encuentro y la puerta del atrio con sus relieves, hasta el retablo mayor donde está entronizada en oros renacentistas y barrocos; pasando por las yeserías de las pechinas en que, como cimiento y columna de la fe astorgana, se sostiene la cúpula /…/ Hay (en las tablas de los retablos laterales) una alusión a la solidaridad de todo el dolor del mundo con el dolor de Cristo.

La pandemia nos ha enseñado cuán grande es nuestra debilidad, qué frágiles y limitados somos. Por eso hemos de volver nuestros ojos a vuestro testimonio, y pedir vuestro amparo. Para que definitivamente se aleje este maligno virus, y también para que las necesidades de cuantos sufren el desempleo o la carencia de medios para vivir dignamente se vean satisfechas. Creo que a ningún fiel, hoy en esta iglesia, o en otros espacios de la ciudad, se le ocultará que la gobernanza se hace extremadamente difícil cuando una calamidad como la que venimos atravesando se cierne sobre nosotros, para mantener los servicios y asistencia públicos, la compleja gestión municipal. Os damos gracias Santa Marta por arroparnos y estimularnos, a  cuantos somos representantes electos por la vecindad y acogemos vuestro patronazgo, en una tesitura no exenta de solidaridad y dolor.

Tiene nuestra ciudad más de dos mil años y tres décadas de existencia. La parte sur del promontorio, en la cual  se asentaba el foro romano,  hoy es el ámbito de la representación civil, con su Ayuntamiento, mientras que donde nos hallamos, en su espigón norte, se encuentra  la constancia de la primera iglesia altomedieval, hoy trazada sobre el pavimento,  de las catedrales y la sede episcopal. En el corredor de estos dos  ámbitos, religioso y civil,  interrelacionados, ha discurrido, y transcurre nuestra común historia. Permítaseme la licencia de representar esta libre unión con la campana Jordana catedralicia, que da las horas, al tiempo que redobla la municipal. Aunque para celebrar  las campanas nadie mejor que Esteban Carro Celada con su  obrilla teatral “La historia de una escalera”, donde aborda todas las catedralicias con sus ecos y vibraciones.

Miramos, Santa Marta, con preocupación el futuro del municipio de  Astorga, en pareja situación a la que se aventura para  otras poblaciones de la nación,  a las que Sergio del Molino  bautizó en su relato como “La España vacía”. Son muchos los factores que influyen en su envejecimiento, y no todos económicos, también por causa de  unos modos y apetencias de vida personales que retraen su rejuvenecimiento. Auguran los expertos que será inevitable el crecimiento, aún mayor, de las grandes ciudades en este mismo siglo, como si fuesen un imán irresistible. Un reto difícil, sustancial,  ante el que no hay que desmayar, es el  procurar detener el declive demográfico de la ciudad, incentivar su desarrollo turístico, económico, y no descuidar las necesidades sociales. Para ello os pedimos Santa Marta, vuestra protección y auxilio.

Que con vuestro patronazgo, Santa Marta, superemos totalmente la mundial enfermedad, aprendamos cada día a ser más comprometidos, solidarios y comunicativos. Y de tal suerte que,  antes de las doce campanadas que nos den Colasa y Juan Zancuda para anunciar  2023,  veamos despejado el horizonte”.

Print Friendly, PDF & Email