El Ayuntamiento ha sacudido el polvo del que fue el primer laboratorio y almacén de arqueología de Astorga. En su interior se encuentran miles de cajas con material hallado desde los años 80 hasta nuestros días. Cerámica sigillata y común, restos óseos y fragmentos de vidrio son un ejemplo de lo que se puede encontrar cualquier investigador que decida redescubrir este almacén, que permaneció tapiado durante cinco años como consecuencia de las obras del futuro edificio de la Policía Local. La directora del Museo Romano de la ciudad, María Ángeles Sevillano, señaló que ella fue quien decidió que se tapiara el acceso.
Sevillano explicó que “cuando parte del edificio del antiguo colegio Leopoldo Panero se derribó, hacía el año 2009, la puerta de acceso quedó expuesta a la intemperie y por razones de seguridad ordené a la empresa encargada de las obras del nuevo edificio que sellaran el acceso”. Tras terminar la primera fase y con la llegada de la crisis, la segunda no se pudo empezar, lo cual impidió volver a acceder. Gracias a las gestiones del Ayuntamiento y de su alcalde, Arsenio García, con una pequeña obra se ha podido volver a entrar desde hace unas semanas.
La directora del Museo indicó que “todo el material proviene de excavaciones arqueológicas realizadas en la ciudad desde los años 80 y está debidamente inventariado para que los investigadores que deseen revisar alguna pieza no tengan problema en encontrar lo que buscan”. La mayoría de estos restos almacenados “se encuentran en un estado de conservación bastante aceptables, para haber sido recuperados en excavaciones”, señaló Sevillano. La mayor parte data de la época bajo medieval, siglo XIV ; muchos de estos objetos y fragmentos fueron encontrados en un hoyo, -el cual estaba situado en un solar que estaba en la calle García Prieto- que anteriormente se usaba como basurero, acumulando todos los restos que se rompían y que la gente tiraba en su interior. Con todo este material se ha podido establecer los diferentes niveles del subsuelo, con restos de la época Romana, la Medieval y la Moderna.
La directora del Museo Romano muestra las entrañas de esta colección arqueológica
La arquitectura romana es esencial para conocer la historia de Astorga y muestra de ello son los numerosos restos que hay repartido por toda la ciudad. Este tipo de construcciones llegan hasta la actualidad y permiten a los investigadores establecer sus hipótesis, debido a que se conservan mejor con el paso del tiempo que otras como las medievales. Para saber más sobre el proceso de la búsqueda arqueológica, la directora del Museo Romano explicó cómo se desenvuelven en este ámbito los trabajadores municipales de la ciudad. Todo comienza con la excavación obligatoria que se ha de realizar antes de construir cualquier edificio nuevo, de esta forma se prepara el terreno para los historiadores.
En un primer momento, los restos se llevaban a este almacén y en la actualidad se guardan directamente en el Museo. Una vez almacenadas estas piezas, se lavan y, una vez secas, se procede a su inventariado y catalogación. A cada pieza se le asigna una clave numérica para tener accesible toda la información sobre ese resto.
La cerámica es numerosa en esta colección, sin duda un fiel amigo del investigador ya que se la considera “el fósil director fundamental”, puesto que desde el neolítico se llevan produciendo y por lo tanto está muy estudiada. Este material otorga muchas pistas a los estudiosos sobre cualquier momento histórico. En Astorga los primeros restos se datan del año XV a. c., cuando surgió el primer asentamiento (el campamento Legio X Gemina). Este tipo de cerámica se distingue de la común porque está sellada o marcada por el alfarero que la realizó.
Por ejemplo, se sabe que la cerámica perteneciente a la época del campamento Legio X Gemina es cerámica sigillata itálica, la cual era importada de Italia. Cuando Astorga da el paso para convertirse en una ciudad, aparece la sudgálica, que era traída de Las Galias. Más tarde surge en la ciudad la hispánica. De esta forma y basándose en el material encontrado, los investigadores a día de hoy deducen que “en la antigua urbe no llegó a haber alfareros locales ya que todos los restos encontrados fueron importados”. Además otras características, como algunos elementos diferenciadores con los que estaba hecha está cerámica, también permiten una mejor datación.