Un total de 2,3 millones de habitantes de Castilla y León ha respirado aire contaminado por ozono durante la primavera y el verano de este año, según el Informe sobre la Contaminación por Ozono de Ecologistas en Acción, que concluye que el 90 por ciento de la población y cuatro quintas partes del territorio castellano y leonés han estado expuestos a unos niveles de este contaminante que exceden lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
“El cambio climático, el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta gubernamental por las energías sucias en detrimento de las renovables” son las causas de un problema que para Ecologistas afecta de manera estructural a la salud de la ciudadanía, pero también a cultivos y espacios naturales.
Asimismo, el informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 455 estaciones oficiales de medición de ozono instaladas en todo el Estado español, entre ellas 36 situadas en Castilla y León. Destaca que el ozono troposférico es el contaminante atmosférico que año tras año afecta a más población y territorio. Durante el año 2017 sus niveles se mantuvieron en general por encima de los de 2016 aunque por debajo de los de 2015.
La contaminación generada desde las principales ciudades, las autovías y autopistas y las centrales térmicas del norte de León y Palencia se extendió para la organización por el territorio afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico. Si se considera el valor objetivo establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, no habría población que respira aire contaminado por encima del objetivo legal, aunque se ha incumplido en las estaciones de Segovia y Renault 1 (Valladolid), en relación al contaminante ozono.
La superficie expuesta a niveles de ozono que exceden de los legalmente permitidos para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales alcanza 19.000 kilómetros cuadrados, la quinta parte del territorio castellano y leonés, en la zona sur y este de Castilla y León.
El mantenimiento de la contaminación por ozono este año se debe, según Ecologistas, a la coyuntura meteorológica, caracterizada por una gran estabilidad atmosférica y un fuerte calor estival. Su evolución reciente está relacionada con la tendencia al incremento en verano de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor), resultado del cambio climático.
La organización explicó que los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente. Sin embargo, denunció que la Junta de Castilla y León lleva una década omitiendo la elaboración y aplicación de dichos planes, en todas las zonas donde resultan preceptivos. “Se trata de una negligencia que este año está poniendo en peligro la salud de 600.000 de castellanos y leoneses, en la aglomeración de Valladolid y la montaña sur de Castilla y León, que comprende el sur de las provincias de Ávila, Salamanca y Segovia”, añadió.
Finalmente, propuso la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público. “Es necesario además dar facilidades al tránsito peatonal y a la bicicleta en las ciudades”, apuntó. También planteó la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles, la sustitución de los disolventes orgánicos por agua y la reducción drástica de la generación eléctrica en centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón (Compostilla, Anllares, La Robla y Guardo).