¿Dónde estabas entonces?

Estos días me acuerdo mucho de una canción que cantábamos por bares y pubs hace años ya. Me refiero a esa de “El último de la fila” en la que preguntan  “¿Dónde estabas entonces cuándo tanto te necesité? Nadie es mejor que nadie pero tú creíste vencer”

Y ¿Por qué me estaré yo acordando de esa letra estos días? Pues porque andan los socialistas cumpliendo años de primarias. De aquellas primarias de hace tan sólo 4 años a las que se presentaron Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López

Fueron unas primarias en las que se apostaba por dos modelos de partido. El modelo que encarnaba Susana era el de un partido sin anclaje ideológico, capaz de dinamitar la estructura de la organización para hacer presidente del gobierno a un Mariano Rajoy que representaba, ya por aquel entonces, la cabeza de un partido corrupto.

El otro modelo era el que exigía la mayoría de la militancia: el de un partido fiel a sus raíces, que hiciera una política que se identificara claramente con los valores de la izquierda, en el que las decisiones no estuvieran determinadas por el cortoplacismo, que fuera valiente y afrontara todos y cada uno de los debates pendientes en relación con la transformación del país, que respetara la voluntad de la militancia y fomentara canales de participación real y de codecisión. Y ese modelo lo representaba Pedro

Aquella campaña dejó imágenes inolvidables. Frente a los pinchazos de Susana, surgían con fuerza imágenes de un Pedro crecido, entregado a la causa, mitineando sin paraguas bajo la lluvia o de jóvenes y mayores cantando, puño en alto, la Internacional con lágrimas en los ojos. La militancia sentía que no se estaba librando batalla sólo por una Secretaría General, era algo más profundo y trascendente. Era la propia pervivencia del partido lo que estaba en juego. En un momento en que los partidos emergentes estaban desplegando sus fuerzas por el tablero político, si el PSOE no se mantenía en su sitio natural, entraría en peligro de extinción. La mayoría de la militancia así lo entendió, por eso acudió a las urnas, se cobró deudas pendientes con el llamado aparato y le dio una victoria arrollada a Pedro Sánchez.

Mientras, congresos y elecciones después, algunos que no tienen foto con el Pedro de las primarias andan rezando por las esquinas para que nadie les pregunte ¿Dónde estabas entonces?

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