¿Dónde está pepito grillo?

Durante los últimos días hemos podido conocer una más de las historias para no dormir de las que nos llevamos enterando quizás ya demasiado tiempo. La utilización de tarjetas “B” por parte de altos cargos de Caja Madrid y/o Bankia. Muchos periodistas y medios de comunicación han comentado la noticia explicando con enorme precisión lo acontecido, seguramente algo más iremos conociendo en futuros días pero lo cierto es que me gustaría colocar la lupa en otro lugar y analizar el mismo problema desde otra perspectiva, una perspectiva de la que aún no he podido ni escuchar ni leer ningún comentario. Me gustaría que el centro de este breve análisis fuera el de la moralidad, la decencia profesional y la ética.

Mi pregunta es ¿En ningún momento estas personas pensaron que estaban actuando mal? ¿En ningún momento su “pepito grillo” les dijo que no todo debe valer?

Ya es conocido que varios altos cargos decidieron no utilizar dichas tarjetas y que otros, antes de que este escándalo fuera destapado, ya habían reintegrado todo lo gastado. Permítanme que incluso plantee la posibilidad de que alguno de estos altos cargos no supiera con certeza el origen de los fondos de las citadas tarjetas, incluso quizás pensarán que Caja Madrid si ejecutaba las oportunas retenciones por percepción de dietas, pero ¿No les parecía raro? ¿Por qué unos decidieron simplemente no hacer nada y otros casi gastan la banda magnética de tanto usarla? Todo me lleva a pensar que esa línea entre la utilización y la no utilización solo está delimitada por la moralidad del individuo, incluso por su decencia profesional y personal. Quizás tras esta reflexión esté el hecho de que antes del descubrimiento de la cueva de Alí Baba, algunos ejecutivos ya hubieran reintegrado el dinero gastado, quizás “pepito grillo” si apareció en algunas de las casas de estas personas.

Tras todo lo comentado y centrando la lupa en el aspecto moral, es aquí donde se me plantea otra cuestión que ciertamente me inquieta ¿Acaso la formación universitaria y profesional de estas personas no cubría el espectro moral? Como profesor universitario de asignaturas como” Habilidades Directivas”, “Gobierno, RSC y ética en las entidades financieras” y como asesor de empresas no puedo sentirme más que frustrado por actos como estos. Quizás todos deberíamos reflexionar en el porqué este tipo de asignaturas siguen siendo secundarias frente a otras que se centran en premiar el incremento en el volumen de ventas y en el abaratamiento de gastos sin tener en cuenta otros valores.

Desde luego, como ciudadano, me siento profundamente decepcionado con la moralidad de algunos altos cargos que deberían ser ejemplo profesional y referentes para todos. Solo espero que todo esto nos sirva, primero para que estos personajes devuelvan todo lo que han sustraído de forma irregular, para que la agencia tributaria actúe frente al posible fraude fiscal que parece aflorar de estas operaciones y para darnos cuenta de que los valores morales individuales son un elemento imprescindible que no podemos olvidar. A fin de cuentas tanto los recursos, privilegios o derechos obtenidos por A como los obtenidos por B se quedarán aquí y solo nos llevaremos a “nuestro pepito grillo”.

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