DIARIO DE CAMPAÑA / Empate en el debate

Imagen previa al debate entre Elena Valenciano y Arias Cañete. Agencias.

A.J.García Nistal Mucho esperábamos del debate televisado entre los dos candidatos de los principales partidos políticos españoles, PP y PSOE, Cañete y Valenciano. La sensación final, al menos para este periodista, es la de un empate técnico en su conjunto. ¿Por qué?

En primer lugar Arias Cañete, hombre dicharachero y dialogante, se nos presentó como un contable, serio, muy a sus números y con los deberes hechos y estudiados. Muy bien por sus asesores, hicieron correctamente su trabajo, pero se olvidaron de la persona. El personaje, esto es, el candidato, presentó tanto su papel que se olvidó del hombre que hay detrás, con lo que la dosis de empatía desaparecieron para todo aquel telespectador de cultura media o media baja. En cuanto a su vestimenta, colores y demás fueron serias y correctas. Las fantasías de la corbata roja particularmente a un servidor no le gustan para ese tipo de eventos electorales, pero también dieron una pequeña nota dentro de la rigurosidad del porte. Ambos estaban tan bien peinados y vestidos, así como maquillados que eran mucho más atractivos que en la realidad son. Me dicen que llevaron personal propio y que los maquilladores de la televisión a penas dieron un retoque o dejaron su sala de trabajo. Hasta eso estaba pactado, como la hora de llegada, los bloques de temas, etc.

La candidata socialista, tan belicosa desde hace meses, lleva de campaña ni se sabe, resulta que salió muy bien parada del debate. Se mostró mucho más cómoda, miraba a la cámara, rompía en su tiempo frases y mensajes de Cañete, resultaba conciliadora y mucho más natural en sus palabras. Colocó todos los slongan que repite en mítines a lo largo de su intervención. En ese sentido, enhorabuena a su equipo. Ella tenía las de perder y logró empatar. Seguro, en esta difícil prueba del cara a cara en televisión. Pensemos que la gran mayoría de los electores no son expertos en números, por lo que apelar a temas sensibles y lemas cotidianos se entienden perfectamente. Si además, viste de azul, sin grandes adornos, su tono de arenga habitual lo deja en el vestuario y la enfrentamos a un señor que han puesto serio aunque no lo sea, y le recordamos la ayuda a rescatar bancos…

Arias Cañete dijo verdades como puños, pero le faltó forma, no fondo. Valenciano se escuchó en tópicos, pero le sobró forma natural y convincente. Por lo demás, los motores en lo cercano se calientan con el anuncio de la llegada el domingo de ZP a Toral de los Vados.

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