El cesado secretario para la Prefectura de los Asuntos Económicos del Estado Papal, con poco más de un año en el cargo, fue “fichado” por el cardenal Bertoni, ahora también apartado de la curia, en los últimos tiempos del Papa Benedicto XVI. Vallejo Balda, fue de facto, el número dos del equipo económico. Algo así como un secretario general del Ministerio de Economía y Hacienda, si hacemos paralelismo con la Administración Pública española. Su misión era la de enmendar los desmanes crónicos heredados de aquellos terribles años del Banco del Vaticano, Banca Ambrosiana y unificar todos los institutos y organismos financieros en uno, transparente al máximo y más eficaz. Ingeniería financiera que tanto practicó en la vetusta Astorga y que tan buenos rendimientos económicos reportó, aunque también con sus dosis de sombras, dudas y escándalos como Gescartera y demás.
La llegada del Papa Francisco pilló con el pie cambiado al equipo cronificado de Benedicto XVI. Uno por uno fueron con el silencio y diplomacia habitual en la Iglesia, invitados a salir de sus importantes cargos. En estos meses de zozobra interna, la Secretaría Económica trabajó duro para entregar, con otro grupo de purpurados, los deberes hechos en tiempo récord. Y casi a la limón, Francisco puso fecha de caducidad al organismo. El ex ecónomo ha aprovechado su pregón de Semana Santa en Ponferrada y su visita a Astorga de hace unas semanas para proclamar que “mi trabajo terminó. Ahora seguiré al lado del Papa”. Lo que ha sido en términos de mercadotecnia un ponerse la medalla por los servicios prestados.
Para finiquitar el organismo no se le ocurrió otra que celebrar en la terraza en pleno sol de la primavera de mayo romana un fiestón de padre muy señor mío, uy, perdón por lo de padre. Existen fotos que lo atestiguan. Y con un precio por la bebida y las viandas, amén de la música, clásica eso sí, en vivo y en directo, que ha escandalizado al propio Papa Francisco. El sucesor de Pedro, cuentan las crónicas vaticanas y los corresponsales españoles allí, “agarró un rebote del tres por no predicar con el ejemplo que su nuevo estilo más moderado y espartano es el que quiere imponer en la Corte Vaticana”.
Una mancha de tinta más en el ya no inmaculado expediente del padre Ángel Lucio. Quien por sus méritos quiso contar con una “Despedida…de altura”.
Fotos: Dagoscopia.com / L’ Expresso /