El director de Cáritas Astorga, Luis Alberto García, ha explicado este miércoles que ha descendido el número de familias atendidas por los servicios de Cáritas pero existe una “cronificación de la pobreza, familias que no pueden salir y pobreza femenina”. Las personas que atiende la institución astorgana de la iglesia ya no se corresponden con familias de etnia gitana o portugueses trasmontanos sino de españoles con una situación normalizada antes de la crisis y que tras ella no han podido superar el estadio.
La institución ha presentado este miércoles un desayuno informativo para comunicar los proyectos que se han llevado a cabo durante el año 2017 con motivo de la celebración este domingo 3 de junio del Día de la Caridad y el Corpus Christi. “Hemos atendido a un total de 105 familias, lo que se traduce en unas 305 personas beneficiadas”, apuntó García, quien además ha dado información de que a mayo de 2018 han subido hasta las 108 familias: 40 de origen español, 40 de etnia gitana, seis marroquíes, 14 portugueses trasmontanos, dos rumanos y una familia hispanoamericana.
En la actualidad cuentan con 148 socios que cada vez se van reduciendo “porque no hay relevo generacional”. Por ello y este domingo piden a los católicos su apoyo en las colectas de las iglesias de la diócesis. Además, se colocarán algunas mesas para dar visibilidad a la institución en la Catedral, la plaza Eduardo de Castro, la plaza Obispo Alcolea, Santocildes y la plaza Mayor.
Programas de atención
El pasado año, Cáritas anunció su intención de comenzar un programa de atención a personas mayores en situación de soledad. Este programa ya ha comenzado la formación de unos 20 voluntarios que se encuentran formándose para dar atención a “un colectivo muy vulnerable que requiere de preparación adecuada”, adelantó la psicóloga María José Díez. “Estamos recibiendo formación para detectar las necesidades de cada persona, habrá gente que necesite acompañamiento para jugar una partida al cinquillo, otros que necesiten que se les lleve la compra a casa o personas que necesiten acompañamiento para salir a dar un paseo”, apuntó. En este proyecto se estudiará el perfil de los usuarios y pretende coordinar e integrarse con otros servicios sociales que ofrece la ciudad de Astorga.
Dentro de los programas que ofrece la institución diocesana en Astorga se encuentra el Programa de alimentación se ofrecen productos de primera necesitad de tipo alimenticio, higiene o limpieza. “Se han repartido 42.101,424 kilos de alimentos no perecederos de los cuales 31.601,424 kilos pertenecen al Plan del fondo Español de Garantía Agraria (Plan FEGA) y 10.500 kilos son propios y recogidos en las diferentes operaciones “Kilo”, comunicó García de la Fuente.
En colaboración con el ayuntamiento de Astorga, Cáritas es un centro asociado al Banco de Alimentos del León, a través del cual se complementan los repartos de alimentos “con la entrega de frutas y verduras frescas, de las que este pasado año se han adjudicado 15.000 kilogramos de estos productos frescos”. Además del servicio diario que el supermercado Alimerka tiene con la institución que cada día entrega los excedentes de la tienda astorgana a Cáritas.
Otro de los proyectos es la Tienda Solidaria, conocida como el Programa Roperoque atenióo a un total de 103 familias con el apoyo de juegos de cama, toallas, un cochecito de bebé y ropa. “Se llama tienda solidaria porque si pueden se les pide un precio simbólico de dos euros por lote que luego se invierte en la compra de más ropa, sobre todo calzado, que las voluntarias del ropero han advertido que es una de las mayores carencias, sobre todo en usuarios de la Casita ‘San José'”, puntualizó Luis Alberto García. Las voluntarias de este programa seleccionan y alistan la ropa para ser entregada, “todo lo que no puede ser utilizado se envía a Asprona León”, añadió el director de Cáritas.
Asimismo, señalan el Programa de ayuda a la pobreza energética con el apoyo de la Obra Social “La Caixa”, a través del cual se ayuda a unas 30 familias con los gastos de luz y gas, por un importe de 4.213,09 euros.
Grupos vulnerables
El objetivo de los proyectos de Cáritas Astorga es la atención a grupos vulnerables y en peligro de exclusión social. Entre los programas de Atención Integral a Familias se encuentra el apoyo educativo y merienda saludable que ayuda a 25 menores en riesgo de exclusión social con diferentes objetivos como la creación “de hábitos de trabajo diario”, intentar prevenir el fracaso escolar y que “los mayores ayuden a los pequeños con un trato colaborativo y de solidaridad”, apuntó la psicóloga Díez.
Este programa se mantendrá durante los meses de junio, julio y septiembre “para que no pierdan los hábitos de estudio”. Además, gracias al voluntariado que participa en esta actividad, “personal muy cualificado”, se ha ampliado las jornadas de trabajo con los menores de dos a tres por semana. “Dos días son para materias generales y un día es clase de idioma”, añadió García de la Fuente.
También existe un Programa de Alfabetización dirigido a mujeres jóvenes de la comunidad árabe que se centran “en la necesidad de comunicarse y la dificultad que tienen en español cuando tratan con los servicios médicos o educativos. Tres voluntarias les dan clases de español coloquial, hablado, lo que necesitan para manejarse en el día a día”, indicó Díez. Con la comunidad portuguesa trasmontana que vive en Astorga se ofrece curso de puericultura y educación sanitaria dirigido a once mujeres con bebés e impartido por la enfermera Alba María Rojo. También dentro de estos proyectos se ofrece apoyo psicológico y psicopedagógico en casos de abusos y situaciones de riesgo.
La Casita San José
Este servicio de albergue es otra de las ramificaciones de Cáritas Astorga que este año 2018 hasta mayo ha atendido ya a unas 147 personas que “han podido estar una o varias veces”. “Este año se ha determinado acoger a las personas dos veces al mes, tenemos más gente, pero no significa que se haya incrementado, sino que damos más servicios”, explicó Juan Manuel Prieto, encargado de la “Casita de San José”. Entre estos servicios se encuentra el desayuno y alimentación, servicio de ropero, servicio sanitario y servicio de lavandería que “da tiempo a atender un poco mejor en dos días”.
De las 147 personas atendidas, 134 son hombres y 13 mujeres. “Los sin techo habitualmente son hombres de entre 40 y 60 años”, añadió Prieto. Los albergues en España no acogen a mayores de 65 años “porque se supone que esas personas pueden acceder a una residencia de ancianos donde establecerse de continuo”, indicó el encargado del albergue astorgano. En Astorga no se atiende a menores de edad, “en ese caso llamaríamos a la Fiscalía de Menores”.
La procedencia de las personas sin hogar es principalmente española, 118 personas, seis de Portugal y once de Rumanía. “De Castilla y León, Galicia y Asturias son los que más atendemos”, apuntó Prieto. De igual manera, destaca que las situaciones de estas personas son parados de muy larga duración fuera del mercado del trabajo y que es muy difícil que puedan volver a ello. Este albergue está inscrito en la Red de Albergues de Castilla y León, que ofrecen servicios para corto, medio o largo plazo. “Nosotros somos de corto plazo y nuestra intención es enviarles a albergues de largo plazo donde hay especialistas que les pueden ayudar”.
Las Cinco Llagas
Este centro social destinado a personas con discapacidad y dependiente de Cáritas abrió sus puertas en 1995 a través de un estudio de las personas con discapacidades dento de la diócesis de Astorga con el objetivo de “dar atención integral a personas con discapacidad física”, indicó el director de las Cinco Llagas, Julio Mourelo. Ofrece 44 plazas en total y desde hace 10 años 22 plazas son concertadas con la Junta de Castilla y León. Las Cinco Llagas tiene una lista de espera de 23 personas y cuenta con un equipo de trabajo “altamente cualificado”.
“Cáritas tiene que hacer un gran esfuerzo para mantener este proyecto tan grande que supone alrededor de un millón de euros de gastos anuales”, puntualizó Mourelo. Atienden a personas desde los 36 hasta los 74 años, aunque no se deja de lado la voluntad de que las personas mayores puedan volver a sus pueblos de origen si existe allí una residencia. “Cáritas es un proyecto que necesita el apoyo y aportación de muchas personas”, finalizó Luis Alberto García. “Necesitamos que la gente colabore el domingo para seguir dando servicio a las personas que lo necesitan”.