La peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem, asesinada en abril cuando hacía el Camino de Santiago a su paso por el municipio de Astorga, ya descansa en paz.
Los restos fueron repatriados la semana pasada a Estados Unidos, previo paso por Madrid, donde el cadáver fue incinerado. El hermano y una prima de la víctima se hicieron cargo allí de las cenizas -esperaron en Madrid la llegada del féretro- y de la repatriación a su país, según ha podido saber DA a través de fuentes policiales.
Tras cuatro meses en el Instituto Anatómico Forense de Ponferrada, un largo periodo de tiempo que provocó una queja de la familia ante el Gobierno español, y cuyo motivo nunca se ha justificado públicamente -tan solo se sabe, según fuentes extraoficiales, que fue necesario realizarle distintas pruebas- , Denise Pikka Thiem por fin descansa en paz después de que sus seres queridos se hayan podido despedir de ella en un oficio estrictamente privado.
Mientras, su presunto asesino, Miguel Ángel Muñoz Blas, espera en la cárcel a ser juzgado por la muerte de la peregrina.