El jefe de la UCI de León: “De la carencia de profesionales entrenados y cualificados se ha hablado poco”

El refuerzo en la formación MIR, afirma, no tiene sentido si no se acompaña de un aumento de las plantillas

Para el jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital de León, Demetrio Carriedo Ule, lo más duro de la pandemia es el sufrimiento de las personas y la imposibilidad de dar a los fallecidos la merecida despedida. Agradece el esfuerzo y profesionalidad de los compañeros con los que afronta una crisis que, dice, debe conllevar cambios como los que impidan una total dependencia para el aprovisionamiento de material de protección o para la peor de las situaciones antes de sufrirla.

¿En qué momento se encuentra la UCI del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule) respecto a la trayectoria de esta crisis?

El Servicio de Medicina Intensiva, cuenta con una UCI de 16 camas, y en el momento actual tenemos 30 pacientes ingresados, lo que supone una ocupación del 187 por ciento. De estos 30 pacientes, 26 son enfermos de covid 19 y cuatro de otras patologías. La tendencia es claramente descendente, sobre todo en la última semana. La ocupación máxima la tuvimos a finales de marzo con hasta el 300 por ciento. Para esta crisis, la UCI ha tenido que expandirse a otras áreas del hospital, como la Reanimación postquirúrgica, la Unidad Coronaria o los quirófanos.

¿Han podido atender en el Caule a todas las personas que precisaban ingresar en una UCI?, ¿En León hubo que ‘elegir’ entre pacientes como ha ocurrido en otros centros sanitarios?

Afortunadamente, en el Caule no hemos tenido que hacer esa elección a la que usted se refiere, y todos los pacientes que hemos considerado que podrían beneficiarse de tratamiento en la UCI han podido ingresar. Independientemente de la pandemia, es parte de nuestro trabajo habitual el valorar caso por caso qué pacientes se van a beneficiar de un tratamiento en la UCI y, como es lógico, lo seguimos haciendo igual durante la crisis y lo seguiremos haciendo posteriormente.

Hemos visto llamadas de auxilio de profesionales sanitarios sobre la falta de equipos de protección. ¿En su servicio ha habido carencia de material imprescindible?

En nuestro caso, no hemos tenido carencia de material imprescindible de protección, aunque sí que hemos tenido que optimizar al máximo la utilización del mismo o reutilizar algunos componentes, siguiendo siempre las indicaciones del departamento de salud laboral, ante el riesgo de desabastecimiento total.

¿Han tenido o tienen suficientes respiradores?; ¿Deben ser renovados e incrementados los equipos de los que disponen?

Sí que hemos tenido y tenemos suficientes respiradores para cubrir las necesidades que hemos tenido que afrontar. También debo decir que los respiradores son un equipamiento imprescindible, pero sólo si detrás de ellos están los profesionales, médicos y enfermeras, que saben cómo utilizarlos. La asistencia a un paciente críticamente enfermo necesita de unos profesionales entrenados y altamente cualificados y de esta carencia se ha hablado poco. Si me habla de renovación, claro que es necesario renovar una buena parte del equipamiento, que no se renovó en su momento debido a la crisis económica previa. Eso estaba, antes de esta crisis, en el Plan de Necesidades de los servicios que utilizan estos equipos, como es el caso de la UCI o Anestesia.

¿Ha contado con el personal necesario para hacer frente a la situación generada?

La plantilla del Servicio de Medicina Intensiva es escasa y, por tanto, insuficiente para afrontar una contingencia de esta magnitud. Por ello, hemos tenido que recurrir a la colaboración de otros especialistas, principalmente anestesistas, que están trabajando con nosotros en esta crisis, lo que les agradezco enormemente. También están colaborando cardiólogos de la Unidad Coronaria y algunos pediatras de la UCI pediátrica.

¿Cree que se debería plantear el aumento de las plazas MIR (Médico Interno Residente) para reforzar determinados servicios o el suyo en particular?

El refuerzo en la formación MIR no tiene sentido si no se acompaña de un aumento de las plantillas, y es esto lo que había que tratar en mi opinión, hacia el aumento de las mismas.

Parece que el Gobierno central maneja para una posible desescalada territorializada que se haga cuando estén libres la mitad de las UCI disponibles en cada hospital. ¿Lo comparte?

La organización de la desescalada, que sin duda habrá que hacer, es una competencia de nuestras autoridades sanitarias del Gobierno central y la comunidad autónoma. No sé a qué se refieren con la mitad de las camas disponibles de la UCI, si a las que se prepararon para la contingencia o la mitad de la UCI habitual. A veces oigo en las noticias que las UCI están al 80 por ciento de ocupación, pero no es cierto porque están refiriéndose al 80 por ciento de las camas que se prepararon para la crisis y que ocupan además de la UCI habitual, reanimaciones postquirúrgicas, unidades coronarias y otras áreas del hospital.

¿Hasta cuándo se prevé que estén disponibles las camas UCI ‘ampliadas’ como consecuencia de la pandemia?, ¿Cómo se afrontará un posible repunte?

No hay una previsión exacta. Dependerá de la velocidad de disminución de los ingresos de pacientes con Covid-19. Aún siguen ingresando pacientes y de éstos se prevé que un 10-14 por ciento precisen ingresar en la UCI. También es cierto que el número de pacientes ingresados en las plantas desciende progresivamente y aumentan los pacientes sin patología Covid. En nuestro caso, ya se ha liberado una de las tres unidades de la ampliación, pero quedan otras dos, aparte de la UCI propiamente dicha, que son la Reanimación postquirúrgica y la Unidad Coronaria. Es posible que en una semana se libere otra unidad pero, como digo, dependerá de la evolución. Por otro lado hay que prever un repunte y no desmontar toda la estructura creada para la crisis y poder afrontar este repunte si se produce. También, pensar en el futuro de ‘convivencia’ con el virus, creando una estructura estable, que nos permita atender correctamente a estos enfermos, a la vez que mantener el normal funcionamiento del Hospital.

¿Qué deberían aprender los gestores de la Sanidad de la situación generada por la pandemia

Todos deberíamos aprender cosas, cuando se produce una catástrofe de esta magnitud. Una de ellas es aprovechar las experiencias de otras sociedades que pasan la crisis antes que nosotros, para mejor encarar la contingencia propia. También, en mi opinión, la total dependencia de otros, para el aprovisionamiento de material de protección, o uso clínico y de medicamentos es un importante problema, y sino la autosuficiencia, al menos una previsión estratégica sí sería necesaria.

¿Ha habido redes o estrategias de colaboración con otros hospitales de la comunidad autónoma?

Sí, a nivel individual y también institucional. Todas las UCI de la Comunidad hemos compartido información diaria sobre la crisis y también a nivel institucional con un coordinador autonómico, para organizar reparto de respiradores al que los necesitase o para traslado de pacientes entre unidades, cuando hubo necesidad.

¿Cree que el hecho de que las competencias en materia sanitaria corresponda a las comunidades autónomas ha interferido en algo en esta crisis

No, no lo creo. Creo que en una situación tan grave, todos intentan actuar de la mejor manera y con coordinación.

¿Qué piensa que debería cambiar en el sistema sanitario y cree que va a ocurrir?

No sabría decirle. Tenemos un buen sistema sanitario y como todas las cosas precisa de ajustes y correcciones cuando algo funciona mal. Uno de nuestros problemas más conocidos es la excesiva frecuentación al sistema, por problemas menores, que puede disminuir la calidad global de la asistencia.

Como profesional de la Medicina, ¿qué es lo mejor y lo peor que ha vivido en estas semanas tan duras desde el punto de vista laboral?

Lo mejor, el entusiasmo, la colaboración, el inmenso esfuerzo y profesionalidad y las ganas de ayudar de la inmensa mayoría de compañeros, médicos, de enfermería, y demás profesiones imprescindibles para el desarrollo de nuestra actividad. Quiero resaltar en especial, la dedicación y la implicación extraordinaria del equipo de enfermería. Es una experiencia positiva que quedará siempre en mi memoria. Lo más duro ha sido, y es todavía, ver el sufrimiento de tanta gente y la pérdida de vidas humanas sin una despedida digna por parte de sus familias y allegados. Es una situación terrible.

¿Ha perdido a algún ser querido por coronavirus

Afortunadamente no, aunque siempre hay que decir de momento, porque esto no ha acabado.

¿Qué le diría a quienes salen cada día a comprar el pan o van dos veces al supermercado o se ‘escapan’ a casas de amigos?

Que no sean insensatos, por su propio bien, por el de los demás, porque pueden contagiarse, porque pueden contagiar, también a sus seres queridos y hasta morir. Además, que sean solidarios, porque pueden colaborar en extender la enfermedad. Esta es una enfermedad que afecta a todos, y todos juntos debemos salir de ella.

¿Cómo ve la vuelta a la relativa normalidad?

Problemática, pero espero que esté cercana. Habrá que convivir con la presencia del virus, y no confiarse y perder el nivel de alerta. Sería un gravísimo error.

Si tuviera que resumir su experiencia en esta pandemia a alguien que no supiera de ella, ¿Qué le diría?

Le diría que ante la habitual sensación de seguridad, somos frágiles ante una contingencia de esta envergadura y no hay ningún sistema sanitario, por robusto que sea, que aguante la situación sin problemas. Que hay que estar preparados y entrenados para minimizar los problemas cuando aparezcan, y que debemos prever la peor de las situaciones antes de estar inmersos en ellas. Como he dicho antes esto no ha acabado aún, viene la desescalada, la posibilidad de repunte, la convivencia entre la actividad normal y el virus, la llegada de vacunas o nuevos y más efectivos tratamientos y debemos esperar para sacar conclusiones útiles.

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