Danzar, sentir…en Astorga

Tengo la suerte de ser inmensamente positiva. Cada día, cuando mis ojos se abren, la energía me recorre y doy gracias por estar viva. Hace muchísimos años que mi lema es el famoso Carpe Diem, que significa” aprovecha este instante” y no sé lo que significa “estar aburrida”.

La vida siempre ha puesto en mi camino a personas maravillosas que me han enseñado lo mejor de sí mismas y me han ayudado a crecer. Mi madre fue la primera y detrás, recuerdo a mis profesoras de Literatura y Arte, especialmente a Ana González Asensi, que a base de discutir conmigo sobre mil temas, sacó lo mejor de mí a la luz y me enseñó a admirar el Arte. Mis amigos y amigas de cada etapa; mis jefas, mis compañeras y alumnas de baile, mis amores… Soy la suma de todas las experiencias vividas y de todas he sacado enseñanzas que me han convertido en lo que Chayo es hoy.

La última gran persona en entrar a mi vida se llama Victorina Alonso. He intentado conocerla durante los doce años que vivo en Astorga porque me gustó su compromiso con la ciudad y su implicación en el área social de la misma; pero las coordenadas del Tiempo y el Espacio no estaban preparadas para que nuestras actividades encajaran. Tengo un sensor que se activa cuando una persona increíble se cruza en mi vida así que sólo tuve que esperar hasta que saltase ese instante.

Victorina apuesta por la ciudad con toda su alma; apuesta por cada uno de los ciudadanos sin distinción de rentas o creencias, y también apostó por mí, cuando vio la felicidad en mis ojos mientras le hablaba de la Danza Tribal. Muchas mujeres en Astorga, han aprendido con la danza que la sororidad entre nosotras es posible y que no necesitamos pisarnos para estar juntas y ser felices. Estamos consiguiendo que la magia de la danza nos envuelva y lo compartimos, lo lanzamos al Universo, y él nos lo devuelve multiplicado con creces.

En estos tiempos de crisis donde muchos solo hablan de negatividad e impulsan el pesimismo,  yo creo que una sonrisa puede cambiar una vida y que un mundo mejor es posible. Creo en las personas y que si confiamos unas en otras tenemos un poder increíble. Parece que las mujeres hemos avanzado en Igualdad pero queda muchísimo por hacer y Victorina Alonso confía en mí para que ese objetivo sea posible en esta porción del universo donde vivimos, que se llama  Astorga. Voy a recoger todo lo que avanzaron mis antepasadas para que no se pierda en el olvido. ¡No voy a permanecer sentada!

Cuando subo a un escenario, mis compañeras de danza confían en mí y yo en ellas. Una líder sola no vale para nada. Pero una líder que es respaldada por su tribu, puede bailar canciones que nadie más había osado bailar y hacer que todo sea posible. La confianza es total y la entrega es mutua hasta que deje de sonar la canción… e incluso después. Cuando no hay música seguimos confiando unas en otras y eso nos hace mágicas y poderosas. Creer en un sueño común sólo es posible si bailas y participas del baile. ¡¡Y ese momento ha llegado!!

Victorina Alonso ha conseguido que quiera participar de la vida de Astorga, como en una danza colectiva enriquecedora y gozosa. ¡Imposible decir que no! ¡Tengo tanto que aprender junto a ella! Su confianza en mi ha sido plena y yo se la devuelvo participando en la Candidatura del PSOE en Astorga, con toda la ilusión e intensidad. ¡¡Vamos Astorga!!