Un mural, situado en un enclave único, junto con los lavaderos de Curillas, pone el punto y final al proyecto de este presente año. Es un mural “cargado de esencia, de tierra y raíces, de lo que somos”.
“Está dedicado a todos nuestros pueblos a través de esas casitas y la torre alta de su iglesia y a todas las mujeres que día a día labran sus campos, cuidan sus huertos y a todas esas mujeres ganaderas de puertas para adentro y de puertas para afuera”, alegan desde el Ayuntamiento.
“Siempre quisimos hacer un gran homenaje a esa esencia de la agricultura y ganadería que es la que ha escrito la historia durante siglos en nuestros pueblos. Y es que cada mujer que vive en cada casa es el fiel reflejo de una historia viva, de padres, abuelos, bisabuelos y tantos familiares que vivieron día a día del campo y de los animales que se criaban en cada lugar. Desde bien pequeñas aprendieron de los otros y luego mayores, sus manos son signo de tanto trabajo y dedicación. Esas raíces son las que hoy se siguen conservando siendo seña de identidad de muchas de nuestras familias. Su fuerza interior, su corazón y su grandeza dejan huellas firmes, con sentido, con convicción, allí por donde pasen y sin importar la edad, ni el momento ni el lugar. Por ellas, mujeres rurales, que nos lo dieron todo. Porque supieron poner color en épocas de blanco y negro y ahora brillan haciendo único a cada pueblo”, explican desde el Consistorio.