Terminó julio sin la guinda de otros años ya que terminó como empezó: medio mal. De aquellos “julios marchosos” de finales de los 80 y principios de los 90 no queda nada salvo Julio Iglesias, el aumento del caloret y el retorno del alcalde (puede que no sea poco). Digo medio mal pues, no hace falta ser muy perspicaz ni solicitar una encuesta al CIS para intuir que los comerciantes locales no están para tirar cohetes con el balance del mes: “Así que son, tres respuestas acertadas por 25 pesetas cada una: 75 pesetas”. “Total: Idus de julio”.
Son muchas las preguntas que este minorista hace en su negocio a su fiel escudero y discreto romano, Juanito Máximo:
—Oye, Juanito: ¿tú qué prefieres, una Astorga marchosa o una Astorga sosegada?
Siempre me responde escueto y veloz.
—Pan y circo, mi César.
—Vale, muy bien. Pero ya tuvimos circo el último sábado de julio en las fiestas de Astures y Romanos.
Me quedé en silencio pensando: ¿y el pan?
—El pan en el campamento, mi César —dijo Juanito adivinando mis pensamientos.
Puede que ahí esté el quid de la cuestión. La repercusión exterior ha sido buena pero según mi criterio, la afluencia de público a la ciudad en las fiestas de Astures y Romanos ha decrecido notablemente. ¿Por qué? Aplaudiendo de antemano a la directiva de la Asociación que pone el tesón en la mejora del programa, al aporte del Ayuntamiento y a todos los miembros de los grupos que construyen un campamento precioso, permítanme algún bosquejo. Después, cada uno que opine lo que guste pero, lo lógico, es evolucionar. ¿Hacia dónde? ¿Buscamos pureza? Si es así, fuera móviles… ¿Queremos unas fiestas exclusivas para nosotros? ¿Queremos un programa repetitivo y marcado por el “rigor” de la memoria histórica? ¿O queremos que vengan miles de personas a descubrir año tras año unas fiestas novedosas? “Visite el campamento y deguste el auténtico pulpo romano llegado desde la ciudad Herculina” “Deléitese en el mercado artesanal romano y en el gran mercadillo libre Astur” ¿Qué tal una Batallona (Carrera Popular) Astur-Romana? ¿Y una carrera de triciclos gigantes entre el César, el Caudillo Sebius y sus esposas? ¿Y una guerra de globos de agua? ¿Y un torneo de ajedrez? ¿Y un concierto heavy astur? ¿Y un concurso de bachata romana? ¿Y un campeonato de bigotes y barbas? No es ninguna broma. La reconocida Semana Negra de Gijón es una mezcla de cultura y fiesta; en una carpa un escritor presenta su novela, en la siguiente asan chorizos y en frente se venden chalecos, sartenes y cómics con la noria de fondo. Creo que el futuro pasa por mantener una sólida columna romana en determinados actos y estar abiertos a casi todo, en el resto… Poco se sabe realmente de los Astures, igual competían elaborando su propio traje volador lanzándose al Esla.
Otra consideración es adelantar los tiempos. Hay que presentar el cartel de 2020 en noviembre en la feria INTUR (Valladolid) o, como mínimo, en enero en FITUR y después, que el Ayuntamiento expanda publicidad.
Por otro lado, que Santo Toribio deje de sacudir las sandalias, elija su bando (Astur o Romano) y se venga de fiesta local el viernes, tiene que ser pronto una realidad.
—Bueno, Juanito, aunque julio cojee, creo que aún se puede andar una legua. ¿Cómo ves agosto?
—Todos los caminos conducen a Astorga, mi César.
César Núñez