Lucía Sánchez/ Ical Pasea por El Collado dando respuesta a todo aquel que le pregunta acerca del tiempo venidero. Luis Ortega, soriano, funcionario del Juzgado de Paz de Ágreda, utiliza el método tradicional de las cabañuelas para predecir el tiempo, un sistema que no tiene base científica alguna, pero que ha sido utilizado “desde el origen de los tiempos” por el afán de control de los seres humanos del clima, sobre todo, por fines lucrativos.
Ha dejado atrás las cabañuelas tradicionales y las ‘retorneras’ para predecir el tiempo venidero atendiendo al ciclo lunar, es decir, observa con precisión los fenómenos y las variaciones atmosféricas que se registran desde la luna nueva de octubre hasta la luna nueva de noviembre (un mes lunar), para luego trasladarlo al mes lunar correspondiente, aumentando eso sí las temperaturas conforme avanza el año. “Es observar el tiempo que hace para predecir el que hará”, apostilla.
Cuando la luna nueva de octubre aparece en el firmamento, Ortega sube al parque de El Castillo a estudiar el cielo y anota diversos indicadores como la temperatura máxima y mínima registrada, la dirección del viento, el rocío de la mañana, las formas de las nubes, si llueve, nieva o hace sol. Además, también observa el comportamiento de los animales y atiende a los cientos de dichos del refranero español que existen al respecto.
“Es un método de observación sin ninguna base científica. Llevo siete años guiándome por él con buenos resultados. Anteriormente, realizaba las cabañuelas tradicionales, que consisten en observar las variaciones meteorológicas desde el 13 de diciembre, Santa Lucía, hasta el 6 de enero, y después trasladarlo a los siguientes doce meses. Ahora estoy más lunático”, relata entre risas.
Ortega precisa que el método para predecir el tiempo ya se utilizaba en el Paleolítico y así se ha atestiguado en las cuevas de Altamira y Lascaux, donde se hallaron en astas de hueso hendiduras marcadas que simbolizaban los meses lunares. En ellas, se descubrían escenas de caza en la que están representados el sol y la luna, dos astros “imprescindibles” de los que dependía el cultivo de los campos.
“Los babilónicos acompañaban el ciclo agrícola al ciclo solar y determinaron que el ciclo anual duraba 360 días. Según parece, la palabra ‘cabañuelas’ proviene de la festividadd judaica de los Tabernáculos. Fueron los romanos los que nos dejaron las cabañuelas en el calendarios y quienes ya predijeron que los días más calurosos de la semana son el jueves, el sábado y el domingo”, cuenta.
Esta última cuestión viene refrendada por el refranero español, que alude a que “hay tres jueves que alumbran más que el sol: Jueves Santo, Corpus Cristi y la Ascensión” y que “no hay sábado sin sol ni doncellas sin amor”. Esta ‘ciencia’ se trasladó entre civilizaciones hasta llegar al Levante español, donde empezó a emplearse debido a la importancia de la agricultura en esa región.
El tiempo venidero
Las lunáticas cabañuelas de Ortega solo se pueden aplicar a 20 kilómetros a la redonda. Por lo que el tiempo que ha predicho este año, solo sirve para la capital y sus pueblos de alrededor. En este aspecto, avanza que el invierno se alargará más de lo normal, casi hasta el 15 de junio pero el verano también hará lo propio dejando temperaturas suaves hasta después del Puente del Pilar. Soria contará con una buena campaña micológica y también de cereal, esta última condicionada, en parte, por las granizadas que caerán antes de que los agricultores cosechen.
Respecto al invierno, aventura que en la capital este año los sorianos no pisarán la nieve y se registrarán heladas fuertes. Solo nevará en los sistemas montañosos, en concreto, nevará 28 días en Urbión y 21 en el Moncayo. Las temperaturas serán más suaves en invierno y calurosas en verano durante las lunas nuevas y menguantes.
El cierzo, viento del Norte característico de la ribera del Ebro, ha llegado para quedarse en la provincia de Soria, según Ortega, quien apostilla que lloverá más en las lunas menguante y creciente del año y que en la luna nueva las temperaturas serán más agradables. En Semana Santa las temperaturas en Soria serán frescas y se producirá cierzo. Al igual que en San Juan, donde los sorianos deberán sacar la “chaqueta”. El 23 de abril, día de la Comunidad, lloverá y el 27 de junio caerá una granizada en Cubo de la Solana.
Acierte o no, este soriano se ha convertido en el hombre del tiempo y es requerido para aventurar qué hará en un festivo, en un día de boda o el Domingo de Calderas, día grande de Soria. Su conocimiento de los astros le hacen llegar a conclusiones propias. De este modo, asegura que cuando Júpiter y Venus, que los identifica a simple vista, están juntos en la misma órbita va a llover poco. “En Soria no llueve tanto desde que quitaron el árbol de la música. Los olmos atraen la lluvia”, concluye.