Queridos compañeros hombres; me causa sensación el fallo por omisión que observo en los actos o actividades dedicados a mujeres literatas, poetas o celebridades como Emilia Pardo Bazán, pues la excepción confirma la regla de la falta de asistencia de hombres a estos actos. ¡Qué desprecio al saber y qué ninguneo social!! Me pregunto qué razón puede haber para no interesarse por estas grandes personalidades que tanto han aportado a la sociedad. ¿De verdad puede suponerse que alguna actividad pueda tratarse en algún caso de “cosas de mujeres”? No puede existir tal cosa porque no somos un caso aparte de la humanidad, sino que todo problema o cuestión supuestamente de mujeres, es un problema o cuestión social. Pareciera que de forma tácita, ya sea consciente o inconscientemente, se nos está practicando el “cordón sanitario” que pretendidamente dicen hacerle a Vox pero que en realidad a quienes nos lo vienen haciendo de facto es a las mujeres. ¿Puede quizás haber un temor a contagiarse de estas brillantes y penetrantes inteligencias?
Y por su parte, qué forma de inteligencia humana no es capaz de ver y reflexionar sobre este hecho de expulsar fuera de su realidad, de sus intereses, lo que le es propio como ser humano, el patrimonio cultural y social que aporta mitad de la humanidad. Con qué criterio la otra mitad de la población sigue creando y reproduciendo una separación ficticia y manteniendo un estatus quo decadente de todo punto y degradante para el género humano. ¿Alguien en su sano juicio pretendería que no es para él una película de Martin Luther King aduciendo que son “cosas de negros”???
Ejercer una ciudadanía activa y responsable, con conciencia social, es decir haciéndote consciente de la dimensión social de tu conducta, es la única forma adulta de vivir en sociedad, procurando contribuir así a la paz y justicia social. Es tu responsabilidad humana.
¿Podríamos hablar de “infantilismo social” o de “idiotez social”? Provocada por la dependencia social de necesitar un héroe o de sentirse un “menor” o “incapacitado” en la dimensión social, en el sentido de esperar que te lo hagan sin más, “que lo arreglen que yo ya lo suelto en el bar o en el chat” (estoy un poco harta de pataletas), vaciándose de toda responsabilidad social: “¿y por qué no están aquí las feministas protestando?” Como cuando dicen: “¿Y qué hacen los ecologistas?”
¿Y tú qué haces? ¿Por qué no lo haces por ti mismo? ¿Qué aportas tú a la sociedad? Feminista y ecologista es una sociedad avanzada, ¿quieres pertenecer a ella? ¿O te vas a pasar la vida justificándote y echando balones fuera?
Nuestros derechos han sido conquistas sociales. Los derechos que no se ejercen se pierden y los derechos que defendemos las mujeres son los derechos humanos. No te engañes, compañero, te incumbe en la misma medida que a mí y sigo esperando que estés en tu sitio, donde te corresponde como adulto social, a mi lado.
Margarita Camba Fontevedra.