Hace casi ya dos años (7 -12-2018) en uno de mis artículo publicado en este mismo medio digital (“Tres maneras de medir el espacio”), afirmé que la Tierra gira sobre si a una velocidad de 15º por hora y hace pocos días observé que Fernando Pérez Dehesa, hizo un comentario a mi artículo en el que indica y con toda la razón que no es cierto que La Tierra gira a 15º por hora. En efecto tiene toda la razón el Sr. Fernando y esto pone de manifiesto, que por mucho cuidado que uno ponga al escribir (y al hablar) es muy fácil “meter la pata”. Está claro que me equivoqué y también que tal error, no sería tal si yo hubiese puntualizado que los de los 15º a la hora, es un dato sólo aproximado a ciertos efectos. Como no lo hice así, tengo que reconocer mi error y ya de paso escribiré este corto artículo para “desfacer el entuerto”.
En el libro de geografía que yo estudié cuando tenía 12 años y posiblemente también en las enciclopedias de la escuela de mi pueblo, se dice que en 24 horas la Tierra da una vuelta completa en torno a si misma o lo que es lo mismo en un día. Sin embargo años después cuando ya estaba en la Universidad en otro de mis libros (que aún conservo) se dice que el período de rotación de La Tierra es de 23 horas 56 minutos y 4 segundos, (es decir 23,93444 horas) puntualizando además que este tiempo es la duración de un día sidéreo. En definitiva, que la velocidad de giro de Las Tierra sobre si es de 15,041º por hora y no sólo 15º justos. A muchos efectos prácticos despreciable…pero real.
Dicho esto hay que aclarar que lo que entendemos por día (sin especificar más) a veces se presta a confusión. Tradicionalmente se ha definido el día, como el período de tiempo necesario, para que el Sol adopte en el firmamento la misma y consecutiva posición. Por ejemplo el tiempo transcurrido entre dos pasos seguidos del Sol por el meridiano o la vertical de un lugar dado. A muchos efectos prácticos podemos aceptar que, es el tiempo que necesita la Tierra para dar un giro en torno a si misma. El problema es que el Sol y por extraño que parezca , no es un punto de referencia fijo ni por tanto fiable para medir la velocidad de giro de La Tierra. No lo es porque La Tierra al mismo tiempo que gira sobre si, se mueve en torno al Sol. En consecuencia cuando nuestro planeta completa exactamente un giro sobre si, (23,93444 horas); la posición en la que aparece el Sol visto desde La Tierra; no es exactamente la misma que tenía justamente al inicio del giro. Para ello hay que esperar unos 4 minutos más. Este detalle sin embargo debió tardarse varios siglos en descubrirse. Creo que no fue hasta el siglo XVIII cuando se hizo evidente a nivel científico.
Digo lo de “unos 4 minutos más”; porque ese tiempo añadido no es siempre el mismo. Varía de unos días a otros. Esto lo sabe cualquier aficionado a la Astronomía. Así pues cabe distinguir al menos dos tipos de días, tomando como referencia el Sol. Sí la referencia es el Sol verdadero, casi nunca dura un día exactamente 24 horas ,es decir 86.400 segundos de los usados en la vida cotidiana. Este sería el día solar verdadero que insisto, no tiene una duración uniforme. Hay una diferencia en su duración con respecto a los 86.400 segundos exactos y precitados de hasta unos 30 segundos.
Se puede no obstante adoptar como referencia para medir la duración del día un sol que no existe llamado sol medio. Es un punto ficticio tal que la duración del día tomándole como referencia sería siempre de 86.400 segundos exactos, de los que miden nuestros relojes. Este sol medio (ficticio) es el que sirve para determinar pues el tiempo solar medio, que es que miden nuestros relojes y el que usamos en la vida cotidiana. Este sol medio también se desplaza sobre el firmamento, lo que ocurre es que lo hace de modo uniforme , es decir siempre la diferencia entre 24 horas exactas y las 23 horas 56 minutos y 4 segundos. Así pues la duración de un día solar medio son siempre 86.400 segundos de los usados en la vida cotidiana; pero ese no es el tiempo que tarda la Tierra en dar una giro sobre si misma.
Esta es la idea completa que expuso Fernando Pérez Dehesa y con la que estoy totalmente de acuerdo. Añado que este asunto podría dar mucho más de si; pero creo que es un tema un tanto complejo y para digerirlo bien lo mejor es hacer un artículo corto, exponer pocas ideas, pero de modo nítido para que lleguen a ser comprendidas con más facilidad por el ciudadano digamos corriente, que es a quién van dirigidos estos artículos de ciencia “elemental”. Hay que señalar que en estas cuestiones es muy fácil despistarse porque el lenguaje que usamos a veces es confuso. Todos sabemos que un día se divide en 24 horas y que cada hora tiene 60 minutos y cada minuto 60 segundos; pero a menudo conviene matizar algunos detalles como por ejemplo si estamos hablando de día solar medio o de día solar verdadero. Por todo ello si algún otro lector avispado como el Sr. Fernando Pérez Dehesa, advierte algún error en este texto le agradecería que me lo advirtiese.
Bembibre, 18 de agosto de 2020
Rogelio Meléndez Tercero