La decisión unilateral de Unicaja Banco, ejecutada sin previo aviso y sin consultar al Ayuntamiento de Hospital de Órbigo, “la van a pagar cara, habrá una respuesta contundente”, ha señalado el alcalde, Enrique Busto, enfadado por la pérdida de un servicio fundamental para que los vecinos tengan acceso directo al dinero en efectivo.
Busto anuncia que “las relaciones entre Unicaja y el Ayuntamiento se van a ver afectadas por la falta de confianza que ha generado el cierre” y anuncia movilizaciones de los vecinos porque “no vamos a consentir la manera con la que Unicaja nos ha tratado teniendo en cuenta todo lo que los españoles, y en este caso los leoneses por lo que nos tocó con Caja España, contribuimos en el rescate de los bancos y cajas, que tuvieron como consecuencia los insoportables recortes en educación y sanidad de la crisis de 2012”.
Según explica el alcalde de Hospital, el enfado también se debe a “la falta de respeto que Unicaja ha tenido con sus clientes, ya que “si no es porque nos pusimos en contacto con la comercial de la zona para preguntar por qué estaba fuera de servicio, Unicaja ni se habría dignado a informar del cierre. Lo han hecho a la ‘chita callando’. Son unos impresentables”.
De esta manera, Hospital de Órbigo ha pasado a formar parte de lo que se conoce como el ‘apartheid’ financiero, ese territorio de la España Vaciada “en la que entidades como Unicaja nos ‘venden la moto’ de su preocupación por la despoblación pero a la hora de la verdad son las primeras en cerrar servicios”, manifiesta el regidor de la Ribera.
El cajero automático fue instalado en 2004 en las dependencias donde estuvo ubicado Correos, no sólo para que los vecinos dispusieran de dinero efectivo sino también para dar servicio a los numerosos visitantes y peregrinos que transitan por el Camino de Santiago a su paso por la localidad.
En la repuesta de Unicaja, dada a través de un correo electrónico enviado el 26 de agosto, dos meses después de que dejara de estar operativo, el banco asegura que “no nos queda más remedio que, de momento, retirar el cajero por poca operativa y la necesidad de cambiar la máquina antes de fin de año por incompatibilidad con las nuevas medidas de seguridad”.
El alcalde asegura “no dar crédito” cuando en ese mismo correo cifran en 500 la media de operaciones mensuales.