La Comunidad Islámica de Astorga mantiene un fragmento de su cultura

Alrededor de 46 familias viven en la Bimilenaria, San Justo, Nistal de la Vega, San Román y Val de San Lorenzo
Mezquita de la comunidad islámica en Astorga.

Abdellah Zahdali Tlahgie es marroquí, llegó en 1998 a España, con un contrato para trabajar en la zona de Murcia, después de un año, viajó hasta Almería, Navarra y León, hasta que recaló en Astorga en abril de 2001. “Me hice maragato, y aquí sigo, me gustó el ambiente, la historia que tiene esta ciudad y por la que fui muy bien recibido. Astorga enamora por su tranquilidad”, explica. Hoy es el portavoz de la comunidad islámica en la Bimilenaria.

Cuando Abdellah llegó a la Bimilenaria había cinco o seis marroquíes en la zona, hoy son 46 familias, en torno a los 200 musulmanes, quienes participan de la vida diaria de Astorga. Comenzaron a formar la comunidad islámica de la que Abdellah Zahdali Tlahgie es portavoz, así como miembro del Equipo para dar a conocer el Islam en España.

En la carretera Madrid – Coruña tienen su mezquita desde el año 2008, donde celebran sus reuniones religiosas, festividades y eventos familiares como los bautizos de los niños. En 2012 se celebró una jornada de puertas abiertas que llamó la atención de algunos astorganos que se acercaron hasta la mezquita para conocer más sobre la comunidad.

“Es nuestra intención volver a repetir dicha jornada, pero esta vez queremos hacerlo más grande y traer quizá algún ponente de relevancia para que hable sobre el Islam en Astorga. Claro, conlleva un presupuesto algo más elevado”, ríe el portavoz de la comunidad islámica. Alrededor de 46 familias viven en Astorga, San Justo, Nistal, San Román de la Vega y Val de San Lorenzo que participan de las actividades conjuntas.

Celebración del ramadán

Este sábado comienza el mes del ramadán, probablemente la celebración más importante del calendario islámico. Durante un mes lunar, los musulmanes deben hacer ayuno desde el alba hasta el ocaso, es decir, que sólo pueden ingerir alimentos desde el anochecer hasta el alba. En los países eminentemente islámicos incluso se paraliza la vida diaria, “pues son fechas para peregrinar a la Meca, y de profundo sentir religioso”, explica Zahdali Tlahgie.

En Astorga, la comunidad islámica se une para rezar por las mañanas, y por las noches se comparte la comida con la familia. La comunidad tiene una amplia vocación de solidaridad, “tenemos a personas que por sus circunstancias no tienen aquí a su familia, pero las familias les invitamos cada noche a nuestras casas para que compartan los alimentos con nosotros”, añade.

Una alimentación “difícil” de obtener

Según indica la sharia o ley islámica, los musulmanes sólo pueden comer los alimentos que han sido tratados de maneras muy específicas, tal y como explica el Corán, “se os prohíbe comer la carne del animal que haya muerto de muerte natural, la sangre, la carne de cerdo y la del animal que se sacrifique en nombre de otro que Allah; no obstante quien se vea obligado a hacerlo en contra de su voluntad y sin buscar en ello un acto de desobediencia, no incurrirá en falta. Es cierto que Alá es perdonador y compasivo”.

“Tenemos que ir hasta León para conseguir la carne, en Astorga podemos conseguir la mayoría de las especias que utilizamos en nuestra comida tradicional, pero la carne es más difícil”, sonríe Abdellah. Explica que las familias van a León a comprar la carne a la medida “de sus congeladores”. Si tienen un congelador más grande, podrán hacer una compra más grande, que no les obligue a volver a León varias veces al mes.

Una de las festividades en torno a la comida es la Fiesta del Cordero, que conmemora el pasaje recogido tanto en la Biblia como en el Corán, en el que se muestra la voluntad de Abraham (Ibrahim) de sacrificar a su hijo como un acto de obediencia a Dios, antes de que Dios interviniera para proporcionarle un cordero y que sacrificara a este animal en su lugar. La comunidad islámica de Astorga se reúne para celebrar juntos esta ocasión que se celebra dos meses y diez días después de que finalice el ramadán.

Mantener viva la cultura

Hace algunas semanas, Abdellah Zahdali Tlahgie se reunió con el alcalde de Astorga, Arsenio García, para ponerle al día sobre la comunidad islámica y aprovechó la ocasión para solicitar un espacio en el que poder dar clases de árabe a sus niños, y ¿por qué no?, a todo el que desee aprender el idioma.

“En la actualidad damos clases en un pequeño espacio de la mezquita, pero no está preparado para ello, pues en invierno hace mucho frío, la mezquita está preparada sólo con lo básico”, señala el portavoz de la comunidad. La comunidad islámica de Astorga tiene alrededor de 73 niños y niñas, y los adultos quieren que mantengan su idioma para “poder hablar con nuestras familias cuando volvemos a Marruecos”.

Mezquita de Astorga.
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