La pasión de conducir un coche de otra época en el siglo XXI

Miguel Ángel Floría es tan “viejo” como su coche. Hace alrededor de diez años lo adquirió en una subasta en Madrid y llevan juntos desde entonces. “Cuando uno tiene un coche de estos, lo que queda es el cariño. Con cariño, cuántas cosas cambiarían”, dice este zaragozano de 65 años mientras limpia con mimo su Jaguar XK120 de 1951.

Le han gustado los coches toda su vida, como a los más de 20 participantes del Rally “Terras do Incio” que partió de Astorga el pasado jueves 7 de julio. Un evento de carácter turístico, para apasionados de los motores y de los coches clásicos y retro. En Astorga se pudieron ver los 25 modelos durante gran parte de la mañana y de la tarde en la céntrica Plaza de España.

“Para nosotros es siempre un placer estar en Astorga y haremos lo que podamos para comernos un cocido maragato, aunque sea con este calor”, reía Julián Hernández, un salmantino de 63 años veterano ya en este rally turístico. Conduce junto a su esposa Margarita Mangas un Maserati 3500 Spyder de 1961, su esposa es también una apasionada de los motores de época y en casa tienen ¡seis coches!

“Siempre me han gustado los coches clásicos, desde que tenía uso de razón. El primer coche que compré y medio me lo regaló un chatarrero fue un Opel Kapitän y tenía 16 años. Lo que pasa es que empecé a restaurarlo y me aburrí, así que me fui a otro chatarrero”, comenta entre risas. Es el presidente del Automóvil Club de Salamanca y su pasión por los coches clásicos se nota en el brillo de sus ojos cuando habla de su pasión por los automóviles de época.

El Opel Kapitän fue presentado por primera vez en la primavera de 1939 en el Salón del Automóvil de Ginebra y reintroducido en 1948 fue el primer automóvil de seis de cilindros de la Alemania de posguerra. Julián tiene también un coche de 1911; otro de 1939, antes de la Segunda Guerra Mundial; y los demás son todos coches fabricados a partir de 1959-1960. Sin embargo, Julián Hernández lo tiene claro y su coche preferido es un Mercedes 190, “porque conocí a mi mujer en ese coche”, añade entre sonrisas de complicidad con su mujer.

Mientras tanto, y a pesar de que la gente se acerca a sacarse fotos con su preciosidad, Miguel Ángel continua mimando y limpiando los faros de su coche, los espejos retrovisores, los parabrisas… Entonces llega su mujer y confiesa que siempre viajan juntos, que asistir a un rally es la excusa perfecta para escapar de la rutina. Han participado en rallies en Italia, Suiza, Francia y España, nunca fuera del continente, aunque confiesa que le encantaría asistir a un precioso rally que se celebra de Jaguar en la Patagonia argentina. “En Italia hay convenciones donde se juntan más de 600 coches  y tienen actividades desde las 6 de la mañana”.

No muy lejos, y con el número 08, encontramos un Jaguar Panther J72 de 1974 propiedad de Manuel Jesús Domínguez, otro salmantino, de 68 años. Este modelo fue el primer coche construído por Jaguar en toda su historia. Es de 1974, ya que la fábrica se fundó en el 72′ e hizo distintos modelos con el mismo nombre original.

También tiene Citroën 11. “Desde muy joven me gustaban los vehículos antiguos, de hecho tuve una moto que prácticamente nunca la usé. Una muy antigua. Y ahora que estoy jubilado y con tiempo he podido tener estos dos (risas)”. Confiesa que tener un coche de época en el S. XXI puede ser muy satisfactorio o muy puñetero: “Si no se cometen errores, que la mayoría de nosotros hemos cometido -al escuchar esto se ríen el resto de compañeros que están sentados en una terraza de la Plaza España-, y mantenerlos muy atendidos y con modelos que no vayan a la baja (vehículos más sencillos), es un acierto porque cumplen la función de entretenimiento, satisfacción de rodar con una tecnología distinta a la actual, terminas poseyendo algo que siempre añoraste. Lo estás utilizando en otros tiempos, porque no tiene nada que ver un viaje en estos vehículos a un viaje con vehículo actual”.

Simpre viaja con su mujer, María José  García que, aunque le gustaban los coches, su afición comenzó por la pasión de su marido. “En casa nunca tenemos problemas por este tema, sólo tenemos que admitir que ya no son coches nuevos y que por ello tenemos que estar pendientes”, ríe junto a Mari Martín, quien conduce un Mercedes 190 SL junto a su marido, Modesto. “La verdad es que todos nos llevamos muy bien, hay mucha solidaridad entre nosotros, que podemos llamarnos a cualquier hora del día o de la noche y siempre nos vamos a apoyar. Claro, siempre tenemos que viajar con un mecánico y estar pendientes de la grúa”, añade Mari.

Todos están de acuerdo que un viaje en un coche clásico conlleva una satisfacción mayor de llegar “de nuevo a casa sin mayores problemas”, cuenta Miguel Ángel Jiménez. Este riojano de 72 años tiene un Mercedes SL de 1983 W107 desde hace 12 años. La pasión por los coches la lleva en la sangre, pues proviene de una familia de mecánicos y siempre han sido su afición.

Miguel Ángel se confiesa un amante de los coches retro, “y de los modernos, claro está”, pero su afición, sin duda alguna son los motores clásicos. “Las sensaciones que supone conducir un coche de otra época, porque quizá te das cuenta también lo que ha avanzado el mundo, sino, no te enteras en coches y en otras cosas”. Antiguamente parcticipaba de muchos más rallies de coches de época que ahora. María Ascensión Sáenz, su mujer, siempre viaja con él, ahora participan en el “Terras do Incio” por la compañía, la organización, dicen, y las preciosas tierras que conocen en esta concentración.

En estos momentos recorren tierras gallegas hasta la provincia de Lugo, disfrutando de las maravillas que tiene España y con tiempo para disfrutar de los paisajes, un hecho que hemos perdido en estos tiempos que corren tan rápido. Luego volverán a su casa, esperemos que sin mayores contratiempos, hasta la próxima vez que puedan disfrutar de viajar en pleno S. XXI con unos coches que les transportan a otras épocas.