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S.Gallo/ ICAL El cáncer colorrectal registra cada año unos 300 casos en la provincia de León, donde se contabilizan 150 muertes anuales, en una Comunidad como Castilla y León que se ha convertido en el tercer territorio autonómico de España con mayor incidencia de este tipo de cáncer. En un contexto en el que la incidencia es alta, Castilla y León se sitúa “entre las más altas”.
Los expertos apuntan a una mezcla de factores genéticos y ambientales los que determinan esta incidencia, aunque recuerdan que los factores genéticos son “relativamente modernos”, por lo que no se conocen demasiados datos al respecto. De hecho, el curso de la Universidad de León (ULE) que dio comienzo hoy bajo el título de ‘Presente y futuro del cáncer gástrico y colorrectal’ tiene como uno de sus objetivos “avanzar” en conocer los condicionantes genéticos que, unidos a los factores ambientales, hacen que la incidencia “sea alta”, declaró el director del curso, Vicente Martín.
Por su parte, el jefe de la sección de Oncología del Complejo Asistencial de León, Andrés García Palomo, resaltó que en el cáncer colorrectal, al igual que en otras patologías, resulta más importante “la prevención que la asistencia sanitaria” e incidió en la importancia de los factores ambientales como los “más importantes” relacionados con este tipo de cáncer.
Para García Palomo, la inversión en prevención y en investigación es la manera en la que realmente se conseguirá “atacar” esta enfermedad para conseguir que las tasas de curación puedan aumentar “de manera importante”. En este sentido, el ciudadano “tiene mucho que hacer” para evitar una enfermedad de este tipo, tomando conciencia de que la salud “es una obligación por parte suya”, incidió.
El consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado, quien inauguró este curso de la Universidad de León, advirtió de que en un futuro “relativamente cercano” se asistirá a una “eclosión” de los tratamientos personalizados, ya no tanto por el tipo de cáncer, sino de la persona que lo padece.
Sáez Aguado apuntó a que la investigación que se lleva a cabo se dirige sobre todo a la determinación de los componentes individuales del cáncer colorrectal, lo que dará lugar en la próxima década a una “eclosión” de la genética y la genómica, pero también de los tratamientos personalizados. De hecho, recordó que Castilla y León ya dispone de varias unidades del Consejo Genético de Cáncer de Colon y de Ovario, que orientan a los pacientes pero también a los familiares en las actividades preventivas.
En lo que al cáncer colorrectal más concretamente se refiere, Sáez Aguado incidió en que se reforzarán las actuaciones informativas dentro del programa de detección precoz del cáncer colorrectal, que sus seis primeros meses de aplicación ha tenido una cobertura “baja” que supera ligeramente el 20 por ciento de la población “diana” a la que se quiere llegar.
Sin embargo, el consejero recordó que esta baja incidencia ya se ha dado en la aplicación de otros programas de detección precoz como el cáncer de mama o el cuello de útero, aunque “progresivamente” se ha podido dar una mayor cobertura, algo que se quiere conseguir también en el caso del cáncer colorrectal, que presenta un programa “eficiente” que permitirá reducir la mortalidad por esta causa “de manera relativamente importante”, dijo.
Las causas del cáncer, según explicó Sáez Aguado, tienen que ver con aspectos genéticos, pero también con los estilos de vida, y el cáncer colorrectal registraría mayores niveles de reducción en su incidencia con hábitos de vida “más saludables”. A pesar de que la sanidad pública cuenta con la sofisticación del diagnóstico y del tratamiento como aspectos “importantes”, hay estilos de vida que reducen “mucho más” la incidencia del cáncer de colon, concluyó.
