El Índice de Precios al Consumo (IPC) moderó su subida en Castilla y León al aumentar un 3,4 por ciento, con respecto a hace un año, frente al 0,7 por ciento registrado en los últimos tres meses, motivado por la caída del coste de la vivienda, un 16,9 por ciento. Eso sí, no hay tregua en el precio de los alimentos, que se disparan un 17,3 por ciento. Con estos datos, el IPC en la Comunidad es una décima más que la media nacional mientras que la diferencia en los alimentos y bebidas no alcohólicas es de ocho décimas, según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogidos por la Agencia Ical.
En la evolución mensual, el dato repuntó un tímido 0,3 por ciento, en este caso por debajo de la media del conjunto de España, donde creció un 0,4 por ciento, y en este caso gracias al comportamiento de la vivienda, donde los precios cayeron un 2,2 por ciento.
En tasa anual, el IPC aumentó en marzo en todas las autonomías, con los mayores repuntes en Canarias, con un 4,6 por ciento; Andalucía, con un 3,9 por ciento, y La Rioja, con un 3,6 por ciento más. Entre las que mejor contuvieron los precios, se encontraron la Comunidad de Madrid (2,6 por ciento), junto a Aragón (2,7 por ciento) y Extremadura (2,9 por ciento).
Por lo que respecta a la evolución anual en Castilla y León, junto al repunte de los alimentos y bebidas no alcohólicas del 17,3 por ciento, destacó la caída del precio de la vivienda (-16,9 por ciento) y del transporte (-4,5 por ciento). En el resto de grupos subieron todos los precios. En concreto, un ocho por ciento en el caso de bebidas alcohólicas y tabaco, así como en hoteles, cafés y restaurantes. El menaje subió un 6,8 por ciento, mientras que en el de vestido y calzado repuntó un 4,1 por ciento; ocio y cultura, un 3,6 por ciento; comunicaciones un 2,4 por ciento, y los grupos que menos vieron crecer el índice fueron medicina (1,3 por ciento) y enseñanza (1,5).
En la evolución mensual de Castilla y León, los precios sólo cayeron en vivienda (-2,2 por ciento), transporte (-0,4 por ciento) y comunicación (-0,1). La mayor subida se registró en vestido y calzado (2,8 por ciento) junto a los alimentos (1,1 por ciento) y hoteles, cafés y restaurantes (1,1 por ciento). Por debajo del uno se colocaron ocio y cultura (0,7 por ciento), bebidas alcohólicas y tabaco (0,5 por ciento), menaje (0,4 por ciento), medicina (0,3 por ciento) y el grupo de otros (0,3 por ciento). Los precios de la enseñanza se mantuvieron.
Zamora, a la cabeza
Por provincias, los precios subieron en todas en el último año. El mejor comportamiento lo registró Burgos, con un 2,7 por ciento, y el peor, Zamora, con un 4,4 por ciento. En el resto el IPC subió por encima del tres por ciento. León y Palencia anotaron un 3,6 por ciento; por encima del 3,3 por ciento de Salamanca, Segovia y Valladolid. En Soria los precios crecieron un 3,2 por ciento, mientras que en Ávila lo hicieron en un 3,4 por ciento.
Si se comparan los datos con febrero, el alza del IPC también fue generalizada. En el 0,4 por ciento se colocaron Ávila, Burgos, Soria y Zamora; en el 0,3 por ciento, Palencia y Segovia, y en el 0,2 por ciento, León y Valladolid. En Salamanca sólo crecieron un 0,1 por ciento.
Es una auténtica locura la subida de los precios en estos años. Y pasa la pandemia, no bajan. La guerra queda un poco lejos, no bajan. Todo recupera la normalidad menos los precios. De locos.