Medio Ambiente

Castilla y León estudia incorporar sus 120.000 kilómetros de pistas y caminos rurales al operativo contra incendios

En torno a 98.000 kilómetros (más del 80 por ciento) ya están inventariados y recogidos por los agentes medio ambientales, para su utilización por parte de los profesionales que hacen un uso mayoritario en materia de prevención y extinción de incendios

Los 120.000 kilómetros de pistas forestales y caminos rurales que serpentean las tierras de Castilla y León constituyen un recurso esencial en caso de emergencias, especialmente en incendios forestales. Por ello, se potenciará su uso gracias a un proyecto europeo (Forcip+) liderado por el Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria (Cesefor) y el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta, junto con otros socios como la Universidad Aristotélica de Tesalónica (Grecia, coordinadora del proyecto), la Oficina Nacional Forestal de Francia, la Universidad de Florencia en Italia y el Instituto Forestal Esloveno.

El proyecto tiene como finalidad mejorar la utilización de la red de pistas forestales en caso de emergencias, especialmente en incendios forestales. A través de la cooperación transnacional, se pretende hacer más accesible la amplia gama de inventarios de infraestructuras de vías rurales existentes en cada país participante, y pretende establecer un modelo homogéneo. Se desarrollarán aplicaciones de las TIC para mejorar la eficiencia en caso de emergencia; se establecerán clasificaciones y se propondrán mejoras en el mantenimiento de estas instalaciones, y todo ello orientado a temas de protección civil.

El jefe de área de tecnología de Cesefor, Rodrigo Gómez, explicó que la Junta de Castilla y León tiene registrados alrededor de 120.000 kilómetros de algún tipo de camino rural (pistas, cortafuegos) que atraviesan o dan servicio a terrenos forestales. De ellos, en torno a 98.000 kilómetros (más del 80 por ciento) ya están inventariados y recogidos por los agentes medio ambientales, para su utilización por parte de los profesionales que hacen un uso mayoritario en materia de prevención y extinción de incendios.

La recogida de datos en los trabajos de campo fue realizada en su totalidad por agentes medio ambientales de la Junta de Castilla y León y tratados y digitalizados por técnicos de Cesefor. Esta experiencia es la que le valió como acreditación al a hora de entrar a formar parte de un proyecto de calado europeo, como es el caso del Forcip+.

“El proyecto trata de poner en común con otros socios europeos las metodologías para inventariar de forma adecuada esas pistas para mejorar su uso con aplicaciones informáticas para las emergencias. El inventario está hecho; estamos homogeneizando con otros países europeos un modelo común para dárselo a la Comisión Europea y se trabaje de la misma forma en distintos países”, explicó.

Respuesta al fuego

El objetivo, de este proyecto, pasa por mejorar la capacidad respuesta ante un incendio, ya que al tener más conocimientos sobre las pistas forestales y desarrollar aplicaciones que ayudan en los mecanismos de prevención y extinción se conseguirá tener una mejor capacidad de respuesta.

“El proyecto trata de tener un mayor conocimiento de una pista; que Protección Civil sepa si se puede meter un vehículo por determinadas pistas o no; si se permite navegar de un sitio a otro con un determinado vehículo, es decir, tener mayor información sobre la disposición de los medios en el campo”, destacó Gómez, para situar a Castilla y León como la autonomía de España más avanzada en materia de inventario de pistas forestales y prevención de incendios.

Recientemente, Soria acogió la segunda reunión de trabajo de este proyecto, que tiene una duración de 18 meses y que cuenta con el apoyo de la Dirección General de Ayuda Humanitaria y de Protección Civil de la Unión Europea. Durante las sesiones de trabajo, los socios europeos realizaron visitas técnicas para conocer algunas de las instalaciones más emblemáticas de la provincia en materia de prevención y detección de incendios, como son la base aérea de Garray, y el centro de mando provincial de la Junta, donde los asistentes pudieron conocer el dispositivo de prevención y extinción de incendios, tanto la organización del personal como los medios tecnológicos disponibles.

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