Hay políticos en España que piensan en una reforma constitucional poniendo su mirada sólo en el catalanismo, como si el Estado “federal asimétrico” impidiera la secesión, cuando simplemente consagraría la desigualdad entre los ciudadanos y los desequilibrios regionales ya existentes en el Estado autonómico.
Castilla precisamente es la que está ausente en la candente cuestión regional, disuelta en varias comunidades autónomas que restan el peso político y económico que le corresponde por territorio y población ( 192.079 km2 y 12.030.339 habitantes), lo que hace prioritario el reconocimiento institucional y político de Castilla para dar el verdadero contenido a una España unida y a la vez diversa.
Contrasta el ruido mediático del “problema catalán”, de una región que conoció un formidable despegue económico durante el franquismo, con el silencio y la lealtad a España de Castilla, que tuvo que asistir a su partición autonómica, todo ello tras décadas de marginación económica y de emigración. Es la hora del protagonismo de Castilla en la España constitucional.
Fdo.: Francisco Javier Sánchez