La consejera de Sanidad, Verónica Casado, descartó hoy en Burgos reanudar las consultas directas presenciales en los centros sanitarios de la Comunidad en estos momentos ante el alto grado de incidencia de COVID y el riesgo de contagio que existe tanto para pacientes como para los profesionales sanitarios.
“Hay que entender que la atención telefónica, dicho por el Ministerio de Sanidad, es un acto sanitario en sí mismo. No podemos ahora mismo, con esta incidencia, hacer una atención directa presencial porque no podemos acumular personas en las salas espera que pueden tener COVID y no saberlo”, manifestó Casado, al tiempo que apostilló que “y si no lo saben y están en un espacio cerrado, puede entrar una persona y salir 20 personas infectadas por COVID”.
En declaraciones a los medios durante su comparecencia telemática junto al alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, explicó que este es “el motivo fundamental por el que se sigue haciendo el filtro a través de la consulta telefónica”. Si bien, precisó que “hay una indicación por parte de la Consejería para, por una parte, atender a nuestros pacientes crónicos y a pacientes programados que tengan alguna enfermedad (diabéticos, hipertensos… que tenga alguna enfermedad por la que tengan que ser seguidos de manera puntual, y si es posible se haga de manera presencial, que haya tras ese filtro telefónico una actuación presencial”.
Es decir, relató Casado: “Recibes la llamada, está contando a alguien que por ejemplo le duele la tripa, le pregunta cuestiones claves para saber si puede ser sospechoso de COVID y si no es sospechoso le cito en un momento puntual” y agregó que “si es sospechoso de COVID le cito pero en el circuito COVID”.
La consejera de Sanidad subrayó que esto es “importante” porque “también hay que velar por la seguridad de los profesionales” que, defendió, “tienen que saber si están atendiendo a una persona que está infectada o a una persona que no lo está”. Por lo tanto, aseveró que “hay que proteger a la población para que no se contamine en las salas de espera y también a nuestros profesionales para que no se contaminen sin saber si están atendiendo a una persona contagiada o no”.
Asimismo, Verónica Casado se refirió a la “apuesta” del Gobierno autonómico en esta “segunda etapa” de la pandemia, que es “no dejar de lado a la patología no COVID”. “Es importante que centremos nuestros esfuerzos en el COVID pero también es importante que aquellas tipologías tiempo-dependientes, como puede ser el cáncer, un parto, un ictus, la sepsis… sean atendidos lo antes posible”, dijo, y para eso, apostilló, “es muy importante y agradecemos el esfuerzo que se está haciendo en el HUBU para intentar mantener la actividad no COVID”.
De esta forma, valoró que en el caso de la actividad quirúrgica en el HUBU “se revisa diariamente la capacidad para poder programar hasta siete u ocho cirugías al día de cirugía oncológica y cirugía no demorable”. También añadió que se está trabajando también para derivar al Hospital Recoletas Burgos actividad quirúrgica y de esa manera “incrementar la capacidad asistencial del HUBU”.
Se trata de una respuesta que la consejera ofreció a los medios de comunicación ante la entrega mañana jueves por parte de Lydia Sainz-Maza de las más de 140.000 firmas que ha recogido online para pedir la reanudación urgente de las consultas presenciales. Lydia perdió a su hermana Sonia el pasado 13 de agosto, después de que fuera atendida por teléfono durante meses, lo que explica que solo le detectaran el cáncer de colon con metástasis que padecía cuatro semanas antes de morir.
Si al menos llamaran por teléfono para hacer ese cribado que dicen, pero la realidad es que pides cita y ya te puedes estar la mañana y la tarde esperando que nadie te llama. Es la desatención total. La covid ha sido la puntilla para la sanidad que ya estaba bastante deteriorada y recortada, también es la excusa perfecta para terminar con la sanidad pública: nada más hay que ver la cantidad de anuncios de seguros de salud privados que dan por la tele.