Carne sí, carne no: Esta no es la cuestión

Desde la asociación Hacendera nos gustaría dar nuestra opinión sobre este falso debate que, de repente, parece estar levantando ampollas. El problema no es carne sí / carne no. Esto es, sencillamente, una decisión personal.

Es evidente y está avalado por opiniones altamente auto- rizadas que, por razones de salud, es necesario disminuir el consumo de carne, más en un país como el nuestro que es el mayor consumidor de Europa (de media cuatro veces superior al consumo recomendable).

Pero, en nuestra opinión, el debate es otro: ¿Qué tipo de carne queremos para nuestra dieta?
Y la respuesta es: defendemos con convicción la gana- dería extensiva frente a las explotaciones ganaderas industriales. Así lo hace también la OMS y la U.E. y hasta el ministro Planas, si hemos de creer sus declaraciones a UPA recomendando un modelo familiar de granja. Y las razones son múltiples: la ganadería extensiva, y más si se maneja en regenerativo, devuelve fertilidad a nuestros suelos, lucha contra el cambio climático, previene los incendios forestales, fija población en el medio rural, favorece la soberanía alimentaria y nos provee de alimentos saludables: carne y leche. Ya hay en nuestra tierra y en la mayoría de las comunidades ejemplos fantásticos de cómo hacer las cosas muy bien.

En el otro extremo, la industria ganadera intensiva que expolia un bien común como es el agua, contamina gravemente los acuíferos, tiene gran responsabilidad en el cambio climático, provoca deforestación y desarraigo de las poblaciones nativas en países en vías de desarrollo debido al cultivo masivo de soja para piensos. Además sus prácticas están lejos de lo que se considera como
bienestar animal, apenas crea empleo y, menos aún, aumento de población y arraigo en nuestros pueblos, produciendo alimentos de dudosa calidad.
La buena alimentación es un derecho humano funda- mental y no debe ser controlado por multinacionales ni cotizar en bolsa, como ya lo está haciendo un bien sagrado como es el agua. Apelamos a la ciudadanía para que tome sus decisiones con responsabilidad, previa información rigurosa y veraz y a las Administraciones para que cumplan con su deber de velar por la salud de la ciudadanía y del medio ambiente.

Deben paralizar con urgencia la proliferación de explotaciones de ganadería industrial y establecer una legislación estatal y europea que proteja las pequeñas explotaciones y los recursos naturales que están en grave riesgo.

La conclusión: dejemos de matar al mensajero porque el mensaje, aunque para algunos sea muy molesto, es muy claro.

EN EL CASO DE QUE COMER CARNE SEA TU OPCIÓN, PRIORIZA LA CALIDAD
A LA CANTIDAD

Y ASEGÚRATE DE QUE PROCEDA DE PEQUEÑAS Y MEDIANAS GRANJAS

DE GANADERÍA EXTENSIVA.
Asociación Hacendera Cuida de Soria

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