El proyecto de Cáritas Diocesana de Astorga para la mejora de las competencias del sistema escolar de la localidad de Kilela Balanda, en el Congo, remató su primera fase con la construcción de una docena de aulas para un total de 600 alumnos y una sala para la formación permanente del profesorado. El Ayuntamiento de Ponferrada aporta 12.000 euros a esta iniciativa, cuyo coste total asciende a 113.000 euros.
Estas intervenciones forman parte de un plan quinquenal para escolarizar a 3.000 niños que actualmente no tienen acceso a la educación. Cáritas lleva cerca de 30 años desarrollando diferentes proyectos en esta localidad africana desde su área de cooperación internacional. A principios del año que acaba de terminar, la entidad colaboró en la construcción de un horno para ladrillos, lo que facilitó la construcción de las nuevas aulas escolares.
Además, por primera vez el proyecto incorpora las nuevas tecnologías, con la adquisición de 12 ordenadores que se destinarán a la formación permanente del profesorado. Para ello, se ha rehabilitado y equipado una sala de 200 metros cuadrados como complemento a las aulas. Con estas actuaciones se completa la primera fase del plan quinquenal propuesto por Cáritas, que prevé la construcción de un total de 60 aulas nuevas en Kilela Balanda.
El coste total de estas intervenciones es de 113.000 euros, de los que 12.000 euros los aporta el Ayuntamiento de Ponferrada, dentro de la colaboración que ambos mantienen desde hace años para mejorar las condiciones de vida en esta localidad congoleña. El resto del dinero necesario para estas obras lo aporta Cáritas Diocesana de Astorga con fondos propios.
Fuentes públicas y lavaderos
Otro de los proyectos desarrollado en 2022 consistió en la construcción de cuatro fuentes públicas con lavadero para facilitar el consumo de agua salubre y evitar el acarreo diario de agua desde el manantial hasta la localidad. Cada una de las fuentes cuenta con un sistema de evacuación, así como paneles solares para el funcionamiento de una bomba solar.
La obra arrancó con la construcción de una captación y el aislamiento del manantial. Además, se construyó una piscina cubierta de 25 metros cúbicos para bombear el agua y se excavaron 900 metros de zanjas para colocar tubos y cisternas en la red de distribución. La previsión es finalizar toda la instalación en abril de 2023, ya que las lluvias tropicales impiden la continuación de los trabajos desde noviembre hasta abril.
Con estas instalaciones se garantiza el derecho al agua limpia y al saneamiento, como se recoge en el número 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la Unesco en la Agenda 2030. Las obras se financiaron con la recaudación de la marcha solidaria organizada por el Ayuntamiento de Ponferrada el pasado 16 de octubre.