El último fin de semana de marzo es sinónimo de cambio de hora. A las 2.00 de la madrugada del sábado 27 al domingo 28, los relojes se adelantarán una hora, pasando a ser las 3.00 y dando inicio al horario de verano, que en pricipio regirá hasta finales de octubre, aunque todavía está abierto el debate sobre si debe mantenerse este horario todo el año o es mejor continuar con los dos ajustes anuales.
El horario de verano lleva aparejadas más horas de luz, ya que a partir del domingo amancerá antes y también se hará de noche más tarde. No en vano, hace una semana que dio comienzo la primavera y los días continuarán quitándole horas a las noches hasta el solsticio de verano, el próximo mes de junio.
Cambiar los relojes
Hasta hace unos años, la mañana del domingo tras el cambio de hora traía consigo el ritual de recorrer la casa para actualizar la hora en todos los relojes disponibles. Hoy en día sigue siendo necesario en algunos aparatos (no olviden el microondas), pero también hay otros, como los ordenadores, los teléfonos móviles o las tablets, que realizarán el cambio de forma automática en el momento justo en el que sus relojes marquen las 2 de la madrugada.
Cambio de hora, un debate abierto
El debate sobre la necesidad de continuar con el cambio de hora sigue abierto, a pesar de que la Unión Europea ya aprobó en 2018 la supresión de este ajuste, dejando en manos de los países miembros la decisión última. Sin embargo, esta ha caído en un mar de burocracia y, tres años después, todavía no sabemos si esta será la última vez que debamos cambiar los relojes o si en octubre volveremos al horario de invierno.