El cadáver ha permanecido más de un mes en el Instituto Anatómico Forense de Ponferrada. / EBD
Los restos mortales del peregrino belga cuyo cadáver llegó al CTR en un contenedor de poda procedente de León y su alfoz llegaron el pasado viernes a su ciudad natal, Gante, donde han recibido sepultura, según informa el diario belga Nieuwsblad. Jeroen Scheltraete, de 41 años de edad, fue supuestamente atropellado, y su cuerpo arrojado con posterioridad a un contenedor. La investigación de los hechos prosigue. Así lo ha señalado la familia, que afirma que no tiene nuevos datos de la investigación, según ha explicado a los medios belgas su pareja, Wendy Leung, con la que pensaba contraer matrimonio en breve. El cuerpo fue hallado el 9 de septiembre, y desde entonces se encontraba en el Instituto Anatómico Forense de Ponferrada, donde le fue practicada la autopsia y una serie de pruebas dentro del contexto de la investigación.
Dos días antes de encontrarse el cadáver, Schelstraete había sufrido el robo de su mochila -según le habría comunicado a su familia por teléfono- por lo que pidió dinero a varios peatones en las calles más céntricas de León, esto hasta que se topó con un hombre al que acusó del robo y al que persiguió, navaja en mano, por las calle Lancia y Villabenavente, donde una patrulla de la Policía Local se encontró con ambos y los detuvo. El belga, sin documentación, fue traslado a la comisaría de Policía Nacional para su identificación. Sobre las nueve de la noche abandonó la Comisaría. Horas después se habría producido el atropello.