Jose Luis Barreales “No me lo puedo explicar. Era más difícil fallar que marcar”. Estas palabras salían de la boca de Borjas Martín González tras la derrota de su equipo en tierras gallegas ante el Somozas. El 9 verde había errado un gol cantado. En el segundo palo, con el portero ya batido, y a un metro de la línea de gol, enviaba el cuero por encima del larguero. Era más difícil mandar el balón fuera que enviarlo al fondo de las mallas. No era la primera ocasión clara que fallaba. Siete días después volvía a tener en sus botas el empate ante el Real Oviedo. Tampoco terminaría en gol. Ya sumaba catorce jornadas ligueras vistiendo la elástica astorgana y aún no había marcado ni un solo tanto. “A los delanteros se nos valora por los goles”. El punta canario estaba abatido. En el vestuario lo sabían. Y tanto sus compañeros como Carlos Tornadijo repetían una y otra vez: “Se está mereciendo marcar desde hace muchos partidos. El trabajo que hace para el equipo es impagable, sólo le falta el gol. La suerte ya le tiene que sonreír.”
El delantero no paraba de pensar, una y otra vez, en las ocasiones desperdiciadas. Y… ¡gracias a Dios! recordó que hace unas temporadas, en una situación similar, tras nueve jornadas sin ver puerta, su tía Nieves, “que es muy creyente”, le pidió sus botas para que las bendijese el párroco de Tazacorte, su pueblo natal. A partir de ahí, siete partidos marcando de forma consecutiva.
Borjas contó la historia a la Sagrario González. “Por intentarlo… No pierdo nada”. La presidenta se lo tomó con mucho humor, “me moría de la risa”, pero no dudo en llamar a Don Blas, el cura de la parroquia de Santa Marta, lugar habitual de las ofrendas del club. Es “nuestro párroco para todo”, asegura Sagrario. A Don Blas, también, le hizo mucha gracia la petición. Pero, a la vez, mucha ilusión. El miércoles 26 de noviembre, antes de jugar en Liga contra el Sporting B, se llevó a cabo la bendición. Y desde entonces… Siete goles en los últimos seis partidos. ¡Dios quiera que la racha no se corte con las vacaciones!