Este sábado Puerta de Rey se llenó de los fieles más curiosos. Perros, en su gran mayoría, y un par de gatos fueron los protagonistas de la jornada dominical en la parroquia astorgana. Como ya es tradición, el barrio celebró su tradicional ofrenda y bendición en honor de San Antonio Abad, San Antón, una costumbre que se remonta hasta la Edad Media, cuando los dueños de animales pedían protección al santo.
En los últimos años los animales domésticos protagonizan la bendición que el párroco administró en la plaza de Santa Colomba minutos antes de comenzar la eucaristía. Antes de lo cual, cuando dieron las 12:30 horas dio inicio a la procesión acompañada por la flauta, tambor y castañuelas maragatas. Mientras esperaban el comienzo del acto, los canes más traviesos aprovecharon para conocerse y jugar en la plaza de Santa Colomba.
Tras una oración, el sacerdote bendijo con agua a todos los feligreses de cuatro patas que se comportaron con una compostura encomiable. A pesar del frío, el tiempo acompañó la bendición, posterior eucaristía y la tradicional rifa del cerdo que hace tan característica esta fecha. Un año más las mascotas de Astorga acudieron a su cita con el patrono de los animales, San Antonio Abad. Tras la bendición, la Cofradía de San Antonio Abad entregó la tradicional bolla, también bendecida este domingo.
el panecillo que entrega la cofradía desde tiempo inmemorial no se llama bolla se llama cotino y esta tradición obedece a una necesidad de la población y también de los peregrinos a Santiago durante la edad media que con la entrega de un pan blaco sin sal se pretendía evtar el consumo de pan de centeno muy contaminado entonces por el cornezuelo, responsable este de la enfermedad del ergotismo, a la que llamaban entonces mal de ardientes