La Junta trata de acabar con la siniestralidad derivada de la invasión de fauna salvaje en las calzadas, para lo que durante estos meses, el Servicio Territorial de Fomento de Salamanca, trabaja con un novedoso tratamiento de repelentes y feromonas de especies cinegéticas, que se esparce en las márgenes de varios tramos de aquellas vías que, según la Dirección General de Tráfico, han demostrado una mayor siniestralidad por accidentes de este tipo. De este modo se dirige a los animales salvajes hacia los pasos específicos y se tratar así de reducir el alto índice de accidentes por esta causa.
La empresa contratada por la Junta para la realización de estos trabajos es la sevillana ‘Seanto’, que son los encargados de esparcir las mezclas en las vías. Para ello, se utilizan diferentes productos, como el denominado ‘RTA-50’, que es un preparado contra jabalíes, ciervos, corzos y otras especies cinegéticas, como explica a Ical el delegado de la empresa en la zona norte, José María Brezmes. El producto final que se aplica “no es solo orina de lobo, sino que es una mezcla de productos y feromonas de grandes depredadores, como pelos, huesos triturados o excipientes”, comenta.
Feromonas como repelente
Las feromonas son sustancias químicas volátiles, liberadas en el aire por los insectos, las cuales son captadas por otros de la misma especie y desencadenan un comportamiento o respuesta en los organismos receptores. A través de ellas, se consigue controlar y vencer las plagas o la circulación de estas especies, sin causar ningún daño al medio ambiente y sin riesgos para las personas y el entorno.
A pesar de esta combinación, Brezmes destacó que “el secreto del éxito está en la resina”, ideada por esta empresa, la cual “favorece que el producto quede adherido al terreno durante tres meses y consiga aguantar todas las inclemencias meteorológicas”. De este modo, se realizan cuatro aplicaciones al año en las carreteras de la comunidad.
Rociado de la mezcla
Esta mezcla preparada con la “resina pegante” se esparce con los camiones a una velocidad de 30 kilómetros por hora y como además “el producto no daña ningún tipo de vegetación y es incoloro”, tal y como detalla el delegado de Seanto, “se reparte por las señales, barreras, terreno y árboles de la zona”.
La actuación en los tramos combina el rociado periódico de esa mezcla de feromonas concentradas y demás excipientes con la “resina pegante”, que repele la lluvia, el viento y la nieve en tramos discontinuos, separados por ventanas en las que “se ha efectuado un segado y desbroce de vegetación más profundo para facilitar el paso de los animales con mayor visibilidad”, además se refuerzan con una señalización de mayor intensidad en la carretera de advertencia a los conductores.
En este momento, en la provincia de Salamanca se actúa en las carreteras autonómicas CL-517 de Salamanca aVitigudino, entre los kilómetros 30 y 50 y entre el 69 y el 84. En la carretera SA-300 de Salamanca-Ledesma, entre el kilómetro 4,6 y el 8,8 y del 20 al 22,4. En la SA-315 entre Vitigudino y Trabanca, entre el kilómetro 47 al 52,6. Mientras que en la carretera SA-324 de Ciudad Rodrigo-Lumbrales lo hacen entre kilómetro 4 y el 10,5, del 20 al 22,2 y del 27 al 28. Y también se lleva a cabo en la carretera SA-302 de Ledesma-Trabanca, entre los puntos kilométricos 4,5 al 16,8.
Actuación eficaz
Desde Seanto, José María Brezmes, asegura que la eficacia de la actuación “está demostrada ya en otros tramos experimentales de la Comunidad”. Detalla que hay estudios que reflejan “la reducción de la siniestralidad en torno al 45 por ciento en algunas carreteras de la Junta de Castilla y León” y en el caso de la Autovía autonómica del Camino de Santiago (A-321), que une Burgos con León, “se ha logrado en un 60 por ciento”, apuntó el delegado de la zona norte.
Según la Junta, a partir de las estadísticas de accidentes e intensidad media diaria de circulación que se publiquen cuando finalice el año 2020, se valorará la eficacia real.
Por su parte, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca, Eloy Ruiz, afirmó que “este tratamiento novedoso evitará accidentes provocados por animales salvajes en nuestras carreteras”. Ruiz señaló que la aplicación de este producto, que “ya ha demostrado su eficacia en otras zonas”, va acompañada de medidas para facilitar que los animales crucen las carreteras.
En ese sentido, el delegado explicó que lo que se hace es “desbrozar y limpiar las cunetas en zonas con buena visibilidad y señalizar la presencia de animales salvajes a los conductores”. De este modo, se intenta evitar que crucen por los puntos más peligrosos. Según Eloy Ruiz, este paso “nos servirá para reducir los siniestros en las carreteras”, por lo menos por estas causas.