Azucarera prevé una buena campaña remolachera 2019-2020 en la zona norte dada la situación agronómica del cultivo, en línea con los años de mejores rendimientos, y la evolución de los precios en el mercado europeo del azúcar, según informó en un comunicado.
Así, las subidas de precio para los contratos de la próxima campaña en la UE “se están consolidando” por dos factores. Por una parte, la situación actual del balance europeo 2018-2019, que “está experimentando un fuerte descenso de los stocks, pasando de 2,4 millones de toneladas en 2017-2018 a 1,5 en 2018-2019. Por otro lado, la caída de las previsiones de producción para la campaña 19-20 en Europa “debido a una reducción de la superficie cultivada de remolacha de en torno al cinco por ciento y a las dudas sobre los rendimientos finales, como consecuencia de una meteorología adversa en el continente”.
En este sentido, el progreso ha sido “notable” de la cosecha en la zona de Toro. Las siembras se realizaron “pronto y en buenas condiciones agroclimáticas”, lo que ha permitido un desarrollo “óptimo durante la primavera y que la raíz haya llegado al verano con adelanto respecto al año anterior”. “Si se lleva a cabo una adecuada gestión del riego y un seguimiento exhaustivo de enfermedades foliares, especialmente cercospora, la perspectiva de Azucarera para la cosecha es altamente positiva, esperando los mejores rendimientos”, señaló la firma.
Por su parte, la situación del cultivo en La Bañeza se encuentra en línea con los años de mayores rendimientos. En este sentido, las siembras tempranas, con un mes y medio de adelanto respecto de la campaña pasada, unidas a una climatología benigna, han hecho que el desarrollo del cultivo en este momento “sea el mejor posible para la fecha”.
Una primavera sin grandes precipitaciones ha provocado que se hayan reducido considerablemente los casos de pudriciones de remolacha. Asimismo, en cuanto a la cercospora, que incide sensiblemente en la producción final, en estos días comienzan los primeros síntomas en algunas parcelas a diferencia del año anterior que hubo un ataque extratemprano.
Por último, la implantación ha sido “excelente” en el entorno de Miranda de Ebro, donde la escasa lluvia del invierno permitió una preparación “inmejorable” del terreno que ha propiciado una “correcta implantación del cultivo y ha beneficiado su desarrollo”. Técnicos y agricultores hacen haciendo especial hincapié en minimizar el impacto de la cercospora mediante un control zonal de alertas, así como una aplicación eficiente de los riegos para aprovechar todo el potencial de las parcelas.