Todo comenzó en la Plaza Eduardo de Castro. Allí se encontraba listo todo el conciliábulo de aves que acompañarían al Fénix hasta su destino final. La Piñata 2017.
A las 22;00 horas un grupo de aves rodearon la fuente de la Plaza de Gaudí junto al Ave Fénix. Allí el mítico pájaro bebería agua por última vez…al menos este año.
El desfile que organizaba el Grupo de Teatro de Calle A Ras de Suelo, se convirtió en un espectacular correfuegos que iluminaba todo a su paso. Las alas del Fénix escupían ascuas de colores y los pequeños pájaros que lo seguían jugaban con los niños entre las chispas.
En la Plaza Mayor, esperaba el público para ver la quema de la original piñata de este año. En plena oscuridad tan sólo un nido y un enorme huevo en el centro. Poco a poco se iban acercando los luminosos personajes del desfile, hasta que llenaron de luz, fuego y humo toda la Plaza.
¿Es el final del Fénix?
No. Ni del Fénix ni del Carnaval. El Ave afrontaba su destino. Entre fuegos de artificio, llamaradas y cascadas chispeantes el Fénix se sentó plácidamente sobre el nido. Incubando el huevo. El sacrificio del Ave estaba a punto de suceder. Se inmolaría sobre su cría. Las llamas no tardaron en consumir por completo el hermoso plumaje del Fénix. Ave y Huevo desaparecieron entre el fuego convirtiéndose en cenizas que arrastrará el viento.
Como dice la leyenda, de esas cenizas surgirá de nuevo el Ave. Con su plumaje intacto, más vistoso y colorido que nunca. Se escuchará su graznido por la ciudad otra vez y extenderá sus alas de fuego volando sobre Astorga.
Eso será pronto. Un suspiro en la vida de un Fénix. Pronto será de nuevo Carnaval.
performance colorida y vistosa aunque la metáfora elegida resulte un tanto trágica.