Lo del último partido de los juveniles del Astorga fue ya el acabose. Un equipo que jugaba en casa y en que tan sólo había 12 jugadores disponibles, un portero que se pasó todo el encuentro cojeando y para colmo de males la expulsión de Diego justo antes de llegar el descanso los dejó con 10 ante un Laciana que no perdonó e hizo presa del animal herido.
Crónica de un desastre anunciado
En honor a la verdad lo vivido este sábado en los campos de Cosamai no es la primera vez que le ocurre a los juveniles esta temporada. Ni la segunda ni la tercera… Siguiendo con la verdad por delante hay que hablar de un conjunto que dio la cara en casa ante un rival que literalmente se mofaba diciendo “nos está empatando una banda”. Una banda, sí, pero de valientes. Valientes que encajaron un gol muy pronto, en el minuto 8, obra de Cristian para los de Villablino; pero que supieron rehacerse y en el 39 vuelven a igualar el marcador por medio de Viti.
Y como a perro flaco todo son pulgas, Diego es expulsado cuando se rondaba el descanso. Buena jugada del Laciana, falta de esas de impotencia que te cuestan un riñón y roja directa. Penalti y gol de Luis. Pitido y a vestuarios.
Uno a estas alturas de temporada ya no sabe ni contar cuántos palos se han llevado los juveniles en los minutos clave de los encuentros; al borde del descanso y al inicio de la segunda mitad: goles encajados, penaltis, tarjetas rojas…
La mala suerte en el fútbol afecta, una, o dos o tres veces pero cuando esto ocurre toda la temporada… hay que hacérselo mirar, pero no ahora claro, a falta de dos jornadas y con el descenso demasiado cerca.
Hay equipo. Y de sobra. Tanto que a pesar del palo recibido antes del descanso volvió a saltar al césped con ganas y con más entrega (eso sí) que fútbol. De nuevo Viti tira del carro. Centro desde la izquierda de Omar y remate de cabeza del delantero maragato para poner tablas en el marcador. De poco sirvió, otros tres goles más encajarían los chicos de Roberto antes del final del encuentro. 2-5, cabezas bajas y malas, muy malas sensaciones.
¿Justos por pecadores?
Sí, sin duda. Como digo hay equipo para mantener la categoría y para dar mucho más de sí. No quisiera dejarme a nadie fuera pero hay que destacar la actitud y el buen hacer de jugadores como Viti, Omar, Luis… y alguno más claro está, que se han dejado la piel en cada partido.
La culpa de la situación del equipo, de los 13 puntos en 24 jornadas, de la irregularidad en el juego, de los errores que les han condenado en cada partido no se la voy a echar a nadie en particular. Pero sí destacaré algo que se palpa, se siente y se ve. Lo primero es una total desmotivación por parte de algunos de los chicos, que se vienen abajo cuando vienen mal dadas, lo cual se entiende. Pero también se hace visible una falta de compromiso con el club. De 22 fichas al principio de la temporada quedan 15, en el último partido se presentaron sólo 12 jugadores y en el entrenamiento del viernes ocho chicos se decidieron a participar en la preparación física y técnica del encuentro del fin de semana. De 15 fichas ocho jugadores entrenando. Esté quién esté al mando del barco poco se puede hacer sin marineros.
Así la chalupa de los Juveniles hace aguas por los cuatro costados. Quedan dos jornadas, 9 puntos que deberían pelear como leones independientemente de lo que haga San Andrés, del que dependen para garantizar la permanencia. El próximo partido será en casa y pase lo que pase ahí estarán los que queden en el barco. Remando quién sabe si hacia puerto o a la deriva. Eso a día de hoy sólo depende de ellos que son los que al fin y al cabo juegan los partidos.
Con todo esto, y a riesgo de ganarme algún (seguro que merecido) comentario, deseo que el Atlético Astorga Juvenil mantenga la categoría, y que la cantera del fútbol maragato tenga el sitio que se merece. No quiero aguarle la fiesta a nadie. Pero la casa no se puede empezar por el tejado. Buena suerte para lo que resta de temporada.