Corría el año 1808, las tropas francesas de Napoleón Bonaparte buscaban conquistar a toda costa el territorio español. Un grupo de 800 soldados, miembros del conocido como Batallón Clavijo, participaron el 14 de julio de 1808 en la primera batalla de la Guerra de la Independencia española. Allí, en Medina de Rioseco se enfrentaron, ataviados apenas “con sus ropajes de campesinos” contra los franceses y lo hicieron llevando el Pendón de Clavijo que habían defender con sus vidas. Muchos cayeron defendiendo la retirada de los españoles y los que regresaron, devolvieron al Corregidor Costilla el pendón que a día de hoy se custodia en el ayuntamiento de Astorga.
El ingeniero y miembro de la Junta Directiva del Foro para el Estudio de la Historia Militar de España (FEHME), el historiador madrileño Jesús Maroto de las Heras fue el encargado de ofrecer testimonio de lo sucedido en 1808. “Tras seis horas de combate, desde las seis de la mañana, las tropas españolas se dieron cuenta que se veían superados por las unidades veteranas francesas. Debían retirarse a Medina de Rioseco y tenían que proteger cuatro piezas de artillería. El general García de la Cuesta supo que había que sacrificar una unidad, el único intacto era el Batallón de Voluntarios de León, que se enfrentan a una tropa entera de veteranos franceses. El Batallón Clavijo no va uniformado, visten como campesinos, bajo los sombreros de paja, algunos ni eso, sus caras morenas. Aprietan los puños y mandíbulas y disparan la primera fila, la segunda, la tercera. No tienen tiempo de recargar pero los voluntarios de Clavijo deben acercarse a la ‘división infernal’ para poder alcanzarles y aguantar mientras las tropas se retiran”, explicó.
Maroto de las Heras pidió un recuerdo de los voluntarios del Batallón Clavijo “por su dureza, su valor y su ánimo para dar encuentro a un ejército con una diferencia tan enorme”. Por su parte, el alcalde de Astorga, agradeció la presencia de los grupos recreadores napoleónicos ‘Voluntarios de León’, la Asociación Arca de Asturias y la Brigada Arriera Maragata de Voluntarios de Madrid. El regidor recordó al batallón de 800 hombres que portaba “una vieja bandera medieval”, el pendón de Clavijo que costó la vida de muchos abanderados ese 14 de julio de 1808 y que devolvieron al corregidor Costilla a su regreso a Astorga y que fue custodiada y “nunca lograron encontar los franceses ni durante los seis años de guerra ni durante la ocupación francesa de la ciudad”. García pidió un homenaje, con tres salvas disparadas por los recreadores, así como la corona de laurel colocada bajo la placa en la calle Enfermeras Mártires, para “los hombres y mujeres que combatieron y sostuvieron a las familias durante la guerra de Independencia” española.
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