El obispo de la Diócesis de Astorga, Juan Antonio Menéndez, presidió este martes una misa para honrar a Santa Marta a la que acudió la Corporación Municipal para rendirle homenaje con la tradicional ofrenda floral. El alcalde de la ciudad, Arsenio García, pidió protección, ilusión y que acreciente el espíritu de concordia entre los astorganos a esta Santa que fue propuesta para ser Patrona de la Ciudad por vez primera en 1685 y que finalmente lo consiguió el canónigo de origen santanderino, Bartolomé de Loredo en el 1741.
En su discurso en la Iglesia de Santa Marta, García rogó también para que “la paz, la libertad y la tolerancia sigan vigentes, por las leyes, en nuestra sociedad” y recordó que”nosotros sentimos que Astorga, la ciudad a la que servimos, así como a las personas que en ella moran, es una diminuta Roma, a cuya imagen fue creada por gentes que vinieron de muy lejos hace más de veinte siglos; ciudad a la que muchos han dedicado, en su bien, días y años de sus vidas, otras personas, incluso su vida entera”.
Por otra parte, el regidor también se centró en la crisis y en los sacrificios vividos en estos últimos años en toda España con “situaciones de desempleo y de necesidad” y apuntó que ” aunque ahora hemos empezado a ver, a lo que parece, el final del túnel de esta situación de años de crisis económica, ésta pervive aún para muchas personas y familias”. “Una Crisis que afecta también a las administraciones públicas de la nación en cuanto a los recursos disponibles para prestar servicios a nuestros ciudadanos, mantener lo conseguido tras muchos años de trabajo y lucha de los españoles y aún proseguir con otros proyectos las mejoras necesarias que la sociedad nos demanda”, señaló García, no dejar de solicitar “consuelo para quienes han perdido en este año pasado a sus seres queridos, para los que sufren enfermedad, para los que la falta de trabajo y medios, las tristezas o la soledad les tiene abatidos”.
Además, el máximo responsable de la ciudad habló de la despoblación de la zona y de la necesidad de “un reparto más justo de los medios, el trabajo y las riquezas” para que de esta forma “nunca nos falten la paz, la salud, el trabajo y la justicia para todos los que habitan en esta antigua ciudad de la que eres Patrona”. Pensando en los que gobiernan desde estancias superiores, García también le pidió que “no les falte la cordura ni la sensatez; que no promuevan ni consientan las divisiones ni los odios, pues son estas pasiones humanas de difícil control, cuando alegre e inconscientemente son liberadas”.
Por último, el alcalde de la bimilenaria pidió a Santa Marta “que perviva y se acreciente la fraternidad y el perdón entre nosotros, sin el olvido de las injusticias, así como la voluntad de paz, respeto y progreso que nuestros padres sellaron en la Constitución de 1978, pues si bien puede ser cierto que ningún tiempo pasado fue mejor, también lo es que la soberbia, la ingratitud y el creernos mejores y más sabios que nuestros mayores, y lo que aún es más punible, creernos en la posesión exclusiva de la verdad y de la justicia, son una falta que nos pueden conducir a la mayor de las miserias para nuestras vidas y para la tierra en la que nos trajeron a la vida, a la que queremos y en la que manifestamos nuestra voluntad de vivir y progresar” y concluyó afirmando que “si el odio y las divisiones se aprenden y si es posible aprender a odiar, a dividir y a enfrentar a los seres humanos, también es posible aprender a querer a los demás”.