Astorga capital

Es cierto que la ciudad leonesa de Astorga es, quizás, una de las poblaciones con testimonios documentados de existencia más antiguas de Castilla y León. Capital o castro principal de astures, sede administrativa, militar y judicial romana, cabeza de diócesis, corte regia medieval, capital efímera provincial afrancesada y una de las localidades más importantes de la contemporaneidad como nexo común de varias comarcas naturales que la circundan: Maragatería, Órbigo, Cepeda…

Caminando en el tercer milenio de existencia con un pasado glorioso y un futuro más bien incierto por acción y efecto de la despoblación. León y Ponferrada, como dos polos a la derecha y a la izquierda, ejercen de imán en muchos aspectos de la vida social y económica sobre los astorganos.

Después de 30 años de gobierno socialista en una localidad que vota al centroderecha en el resto de elecciones, el nuevo equipo de gobierno local, por vez primera en la democracia del PP, insiste en sus mensajes sobre la necesidad de volver a situar a Astorga en el estatus de tercer municipio en rango y protocolo de la provincia de León.

La idea gusta. De hecho se comienzan a vislumbrar signos de crecimiento de actividades culturales, comerciales y eventos supramunicipales. Sin embargo, mucho nos tememos que para lograr esa recuperación de status quo la pequeña ciudad necesita cuanto menos poner en marcha algunos servicios que en estos 30 años se perdieron. Citemos algunos ejemplos: el Centro de Especialidades Médicas recién construido pero sin personal tal y como fue ideado; Parque Comarcal de Bomberos que dé tranquilidad y confianza a empresas y vecinos; vuelta a las actividades universitarias estivales; reapertura de los seminarios mayor y menor; puesta en valor como recurso el monumento de la Muralla y único patrimonio caído en el olvido; unificación de asociaciones y organismos empresariales, presencia en instituciones y gobiernos superiores y, finalmente, rediseño de su política urbanística.

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