La organización agraria Asaja, que esta mañana ha mantenido una reunión informativa con agricultores y ganaderos de la comarca de Carrizo de la Ribera, principal y casi única zona productora de lúpulo de España, ha pedido a las autoridades agrarias de la Junta y del Estado que corrijan el “agravio” que supone la nueva PAC (Política Agraria Común) para ese cultivo.
Con la publicación provisional de las nuevas regiones para asignación de derechos, señalan en un comunicado, los productores ven cómo sus fincas de lúpulo, que antes estaban encuadradas en regiones de regadío, ahora aparecen como cultivos permanentes; un cambio que supone percibir menos apoyos con la nueva ayuda denominada ‘ayuda básica a la renta para la sostenibilidad’, y menos apoyos en ayudas de los denominados ‘eco regímenes’.
Asaja considera que la mejor fórmula para solucionar este problema es considerar este cultivo como plurianual y no permanente y así se lo ha pedido al viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural, Pedro Medina, y al secretario general de Agricultura del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Fernando Miranda. También, la organización agraria ha solicitado hoy mismo una reunión urgente de la Mesa Sectorial del Lúpulo de la Subdirección General de Cultivos Herbáceos e Industriales del Ministerio de Agricultura.
No obstante, añaden, las ayudas de la PAC han supuesto siempre un porcentaje económico muy pequeño en los ingresos de los lupuleros. Asaja considera que los contratos de compraventa ya se deberían haber revisado en la campaña anterior debido al incremento de los precios y no se hizo, por lo que urge a que se haga para la campaña 2023, ya que los costes se han seguido incrementando mientras los precios de venta se mantienen congelados.
En esta zona de la ribera del Órbigo, “claro ejemplo del minifundismo del regadío de la provincia”, señalan, Asaja ha pedido un impulso a la modernización del regadío para obtener producciones más elevadas y consecuencia de ello explotaciones más rentables.