La ya larga temporada de lluvias causa un retraso en las labores agrícolas y consecuencia de ello en el ciclo de los principales cultivos que se siembran en la provincia de León. Este retraso, “que siendo importante todavía no es alarmante, se puede corregir, en parte, si en las próximas semanas se suavizan las temperaturas”, señaló hoy Asaja en un comunicado. Las siembras de remolacha son las acumulan mayor retraso, como mínimo de un mes y las de maíz serán de tres o cuatro semanas respecto a la fecha idónea de implantación del cultivo. Respecto a las patatas, señalan que este cultivo por lo general se ubica en las vegas donde el terreno orea antes tras las lluvias.
En los cereales de invierno (trigo, cebada, avena y centeno) las siembras de otoño e invierno evolucionan de forma favorable, sobre todo en regadío, aunque la dificultad para entrar en las fincas retrasa los tratamientos herbicidas y el abonado nitrogenado. Por su parte, los ganaderos esperan que lleguen días de calor para que rebrote la hierba y haya pastos.
En próximas fechas se producirá la floración de los frutales y posteriormente brotarán las viña y el agua caída dio un respiro a la agricultura de secano al menos hasta la primera semana de mayo. También destacan como elemento positivo que las fincas tienen hechas las labores agronómicas previas a la siembra.
Según los datos que maneja Asaja, en la provincia de León se cultivan 160.000 hectáreas en tierras de secano y 150.000 en tierras de regadío, incluyendo en el cómputo los cultivos permanentes, prados naturales y barbechos. El cultivo mayoritario es el cereal de invierno, sobre todo trigo, seguido de maíz y forrajes. Como cultivos singulares destacar los frutales en El Bierzo y el cultivo del lúpulo.