Arsenio García, casi “ahora sí”

Los resultados de la pasada noche han sido claros y meridianos. Habrá quien no quiera verlo, pero será por terquedad, más que por otra razón.

En la madrugada del nuevo día de resaca electoral tan solo se pueda decir que el pueblo ha hablado. Y  es soberano. No ha lugar a quejas ni cuitas. El ganador, contundente, es el profesor Arsenio García. En él, el Partido Popular de Astorga, “Ahora sí”, como su slogan de campaña, encontró la piedra filosofal, el quid de la cuestión, el pegamento que aunará a todas las versiones del centroderecha de la Bimilenaria. Pero, ¡ay!, las siglas del PP no están en su mejor momento, como tampoco el acoso y derribo al que se vio sometido el candidato y sus compañeros en esta campaña recién finiquitada. “Nosotros no hemos estado gobernando casi 30 años”, se cansaba de repetir en los últimos días. Y tenía razón. Ahora está legitimado, cuando menos, para liderar la Corporación, pero cuidado. No hay mayoría absoluta. Lástima esos votos de Ciudadanos que, se sabía, iban a ser inútiles para obtener representación pero útiles para restar a los populares. El pueblo lo ha querido así. El diálogo tan manido en la campaña se tiene que hacer realidad a partir de mañana  -por hoy-.

La otra formación ganadora, sin duda, es Izquierda Unida. Quién los ha visto y quién los ve. Jamás en Astorga esta formación de izquierda había obtenido tanto éxito. Todo apunta que el trasvase de votos socialistas se ha hecho realidad y ha lanzado a esta formación. Veremos qué hace con la responsabilidad que el pueblo le ha dado. Enhorabuena a Carmen Villaverde y los suyos.

Y en el lado de la amargura. De la derrota, obviamente, la alcaldesa Victorina Alonso. Muy cara ha pagado la escisión en sus entrañas socialistas. Muy dura también ha sido su campaña, no por las formas, aunque a ella le parecerán que sí; si no por provenir de compañeros hermanados hasta casi antes de ayer. Pero algo hacía presagiar este descenso tan grande. El marasmo institucional, la deserción de la mayor parte del gobierno local, la insistente apuesta por una política cultural excesivamente vinculada a un solo sector social… Pero ahora es fácil hacer astillas. Y no ha lugar. El PSOE debe y tiene que entrar en un proceso de replanteamiento y catarsis porque lo necesitamos.

Del PAL, tan sólo diremos que tiene todo el aspecto de haber tocado techo. Y como el resto de formaciones tan excesivamente ligadas a una sola persona, es ley de vida política, el péndulo ha comenzado a volver hacia el otro lado. ¿Por qué? Lo hemos querido explicar con buena fe días atrás, y por ello fuimos vilipendiados.