Ángel María Fidalgo será el encargado de dar, este sábado 21 de agosto, el pistoletazo de salida a las 12:00 horas a las fiestas de Santa Marta 2021. El periodista nació en Astorga el 30 de abril de 1952 y realizó sus primeros trabajos periodísticos en La Luz de Astorga, periódico decano de la prensa leonesa, que pertenecía a su familia. Se licenció en Periodismo, en la primera promoción de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense y en 1981 se incorporó a la emisora en León de Radio Cadena Española, dirigiendo el principal espacio informativo de la mañana. Ha sido corresponsal de la agencia de noticias OTR Press y de Radio Nacional de España.
Entre sus publicaciones hay que destacar dos guías histórico-artísiticas sobre las localidades de Valencia de Don Juan y Valderas.También ha publicado un trabajo biográfico sobre pintor Demetrio Monteserín en el catálogo editado con motivo de su exposición antológica en Astorga Demetrio Monteserín 1876-1958. Entre los años 2000-2006 se responsabilizó de la presidencia de la Asociación de la Prensa de León y hasta su jubilación fue jefe del Departamento de Prensa de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León.
Pregunta: ¿Cómo ha recibido la noticia de que será el pregonero de las fiestas patronales de Santa Marta 2021?
Respuesta: La primera reacción fue una gran sorpresa, la verdad es que no me lo esperaba. Pero inmediatamente después de la sorpresa vino la satisfacción para mí. Porque además de ser algo que me produce una gran satisfacción, es una gran emoción. Digamos que con este pregón que voy a pronunciar de las fiestas, de alguna manera se cierra un círculo que para mí lo constituyen los dos pregones fundamentales de la ciudad, que son el de la Semana Santa, que ya pronuncié en 2014; y este que voy a pronunciar el sábado. Para mí ha sido emoción, alegría y, desde luego, la primera de sorpresa.
Quiero hacer un agradecimiento al alcalde Juanjo Perandones porque me ha designado pregonero, porque se haya acordado de mí para dar este pregón.
P: Ya en 2014 fue el encargado de “pregonar” la Semana Santa de Astorga, pero ahora son las fiestas patronales, las de Santa Marta, ¿qué significa para usted ser el pregonero de estas celebraciones?
R: Pues yo nací y viví muchos años en una casa de la plaza, donde ahora está Hojaldres Alonso que antes estaba la imprenta y librería de mi padre, de Cornejo. Para mí las fiestas siempre han sido una referencia fundamental: las oía, las olía, y no es ninguna metáfora, porque las casetas se ponían alrededor de las dos plazas. Las músicas y la mayor agitación también se registraba entre esas dos plazas. Es decir, para mí es una cita anual importantísima y que que está en la entraña más importante de la ciudad: las fiestas de agosto en honor de la patrona Santa Marta.
P: Será usted el encargado de hablar a los vecinos de Astorga y a los visitantes en este año tan raro. No tenemos las restricciones del verano pasado, pero no hemos vuelto a la “normalidad”, ¿afecta eso en algo a la hora de ser pregonero y hablarle a la gente?
R: Por supuesto. Hay que pensar que este pregón y estas fiestas se producen después de un parón de un año que ha sido por la pandemia. El comienzo ya no es como el de toos los años. Antes había una mecánica initerrumpida desde hace 121 años, un dato que destaco en mi pregón. Este año de 2021 las fiestas de Astorga cumplen 121 años, que son muchos años. Yo hago una referencia a este problema de salud que seguimos teniendo y también hago un llamamiento a la responsabilidad; nos podemos divertir, podemos disfrutar, pero no podemos olvidar que hay unas medidas que debemos de observar y unas precauciones que tenemos que tener en cuenta. Porque si no es así pues no tardaremos en vernos abocados a una nueva ola. Lo que tenemos que hacer es darle el remate final y superar el problema porque ya llevamos demasiado tiempo. Insisto en que podemos compatibiliar la diversión y también la responsabilidad.
P: ¿Cuáles son sus recuerdos sobre las fiestas patronales?
R: Soy muy taurino, para mí cuando había toros por las tardes y el ambientillo que se generaba en la ciudad era fundamental, cuando pasaba la banda de música por la plaza camino de la plaza de Toros de Astorga, la bajada de la afición, todo ese ambientillo que se daba era muy interesante. Pero, anteriormente, cuando era más niño, lo que más me llamaba la atención eran los circos. Cuando venían los circos con sus grandes carpas, que no tenían nada que ver con los de Astures y Romanos que ahora se recrean. Era todo un acontecimiento cuando venían los circos, todo ese movimiento de artistas y trabajadores para montar la carpa y, sobre todo, cuando venían los camiones que algunos de ellos transportaban leones, para nosotros poderlos ver tan de cerca, era un hecho en Astorga insólito, que a las cabecitas infantiles nos llamaba muchísimo la atención.
P: ¿Cómo han cambiado las fiestas con el paso de los años?
R: Evidentemente a las fiestas se han ido incorporando celebraciones, actos, que se han ido suscitando porque Astorga ha tenido siempre buenas fiestas, porque también ha tenido personas que se han ocupado de trabajarlas. Algunas personas con bastantes ocurrencias, con imaginación, que han hecho que las fiestas de Astorga se distingan de otras que se celebran en pueblos o ciudades de alrededor, en muchos aspectos.
Yo creo que donde se ha producido una mayor y mejor evolución ha sido en todos los actos fectivos que tienen el acento de la cultura, o que tienen alguna significación cultural. Yo creo que ahí Astorga no tiene parangón. Hay ahí es donde se han producido los mayores avances. Antes se celebraba algún acto aislado de carácter cultural, y en cambio ahora constituyen una parte muy importante del programa de fiestas.
P: ¿Cómo describe usted, un periodista que ha trabajado a nivel nacional, Astorga?
R: Para mí es un prodigio, la ciudad. Sé que me ciega la pasión, lo reconozco aquí y lo reconozco siempre, porque me pongo muy pesadito con la referencia de Astorga, siempre me surgía, sin apenas forzar (risas), que me dedicara a la exaltación de Astorga. Para mí Astorga es una ciudad pequeña que tiene una serie de acentos, una serie de características que la hacen muy singular y que la hacen diferente a todas las ciudades de su tamaño en muchos aspectos.
En el libro que presenté el otro día hay un hecho prodigioso: Astorga una ciudad de 10.000-12.000 habitantes, o incluso con menos habitantes, siempre ha tenido una producción periodística increíble. Ha habido una gran cantidad de cabeceras, sin parangón en toda España. Pero también en el trabajo tipográfico, de imprentas, Astorga ha ocupado un lugar de privilegio dentro del contexto nacional; pocas ciudades se han desarrollado como esta se han desarrollado tanto y tan bien en las artes gráficas. Astorga tiene una serie de componentes que la hacen distinta, y que la situan, por supuesto en mi corazón en un lugar de privilegio, pero objetivamente en la atención de muchos que se fijen en esta ciudad. Esta puede ser una buena ocasión, porque Astorga en agosto, y en las fiestas, es otra Astorga. Digamos que añade todavía más encantos, más atractivos, de los que tiene habitualmente.
P: ¿Qué podemos esperar, sin desvelar los grandes secretos, del pregón del sábado?
R: Empiezo haciendo un guiño a Luis García Berlanga, para mí es un director fetiche, un director de cine genial en muchos aspecto. Porque además este año celebramos el centenario de su nacimeinto, a mí me parecía que debía hacerlo notar. También voy a hacer un “yin y un yang”, voy a hacer un llamamiento a la alegría y la diversión y a que saquemos todo el partido que podamos a las fiestas, pero insisto, desde la seriedad, la responsabilidad y el sentido común. Lo que no puede ser es que por pasarnos en estas fiestas tengamos problemas de salud inmediatamente después.
También quiero aprovechar mi puesto en el balcón municipal para invitar a todos los astorganos a que extremen también, si cabe, las medidas de buena convivencia, de buena vecindad, y, por supuesto, también hago también un guiño para apoyar y que entre todos apoyemos al comercio, restauradores y hosteleros que de esta manera podrán ellos salir antes de la crisis y nosotros saldremos de esa condición de ahorradores excesivos que adquirimos, bien es cierto que a la fuerza, durante esos meses pasados de cierre domciliario a la fuerza.
P: Para ser una ciudad pequeña, en Astorga conviven muchos medios de comunicación, ¿a qué cree que es debido?
R: Yo lo achaco a la tradición, fundamientalmente. Si echamos la mirada atras veremos que ya desde principios del siglo anterior en Astorga ha habido una gran actividad periodística. Esta es una tradición muy arraigada, ahora no es sino la continuación de los que empezaron a hacer periodismo, de los que empezaron a promover cabeceras de periódicos. Ahora mismo tenemos dos digitales, una emisora de radio y tenemos un periódico en papel, que es, de alguna manera, resultado de esa larguísima y muy nutritiva tradición periodística que ha tenido esta ciudad desde hace cientos de años.
P: ¿Podemos saber si ahora está trabajando en algo?
R: El otro día presenté mi segundo libro y ya tengo en mente, que además me dio el empujoncito el editor, otro libro para escribir de lo que ha sido mi memoria del trabajo que he desarrollado, en clave de humor y de ironía, el que he realizado cerca de muchos políticos. Porque los políticos, aunque parezca lo contrario, también tienen su lado cómico, su lado divertido. Yo como he convivido durante muchos años con muchos, voy a intentar hacer una especie de novela o ensayo, en clave de humor, en plan de simpatía porque, cuando los conoces un poco a fondo, dices “no son tan malos” (risas).
P: ¿Es necesaria esa clave de humor, esa ironía, para ser periodista cerca de la política?
R: Sí, sí. Si los tomas muy en serio, si no les ves el lado divertido, al final te enfadas tú y luego lo trasladas a lo que escribes. Creo que esto, al igual que muchas otras cosas de la vida, hay que tomarlas con relativa seriedad y calma, no lo podemos tomar demasiado en serio, porque todo se desfigura. Ahora en estos tiempos, además, creo que la política está demasiado tensionada, creo que nos hemos radicalizado todos un poco, o tal vez demasiado de un poco. Lo que hay que hacer es quitar fierro, hay que aportar cordialidad y hay que aportar un poquito de ironía y buen humor a la actividad política.
Ahora nos estamos poniendo demasiado sombríos, demasiado trascendentes con el tema de la política y nos estamos enfrentando más de la cuenta unos a otros y yo creo que no es bueno. Viví los tiempos de la Transición y ni en ese momento, que todo estaba en la memoria y en la vida más reciente, los enfrentamientos entre unos y otros, fuimos capaces de la cordialidad, del entendimiento, del diálogo. Y ahora me parece que las cosas no son tan fáciles, que todo se ha radicalizado más y que unos y otros están enfrentados en términos más dramáticos. Eso creo que no es bueno.