Es una solemne reunión de la Jacuzza, la temible mafia japonesa. De repente suena algo parecido a un chasquido. Todos los miembros en torno a la lujosa mesa se echan mano a sus bolsillos interiores de las chaquetas y sacan sus brillantes pistolones…Ah no, sus teléfonos móviles.
Algo parecido van a ser a partir de ahora las reuniones que se celebren con los concejales de IU y PSOE de Astorga. Uno no va a saber si está conversando en tono oficial o con las licencias de la familiaridad y la cercanía. El miedo a que cualquier día de estos el edil de turno manipule la grabación y ponga como contestación una frase sacada de contexto o incluso aplique diversos programas de edición de voz descargados de la red para jugar una mala pasada a alguien o, simplemente, manipular es evidente. Manipular… un verbo en el que en los campos de entrenamiento de verano de jóvenes camaradas de Lenin y muchachas ultrafeministas, que no femeninas, fueron alumnos aplicados el Anacleto y la Matahari que teníamos por aquí sin saberlo.
El tema se presta a la gracia. Pero no la tiene. Ninguna. Tan solo los Plenos, al ser públicos, pueden grabarse libremente cumpliendo unas mínimas normas de educación y decoro. El resto de reuniones oficiales deben contar con el permiso expreso del presidente de la comisión o junta de portavoces de turno. De hecho, la figura del secretario o funcionario que debe levantar acta de todo cuanto allí acontece es la garantía de dar fe a lo allí hablado y dirimido.
Sabíamos, porque nos lo ha ido mostrando en su particular forma de entender la política y de desempeñar su cargo de concejal, que el señor Jáñez en su nebulosa utiliza sus perfiles en redes sociales, blogs y demás para lanzar sus soflamas y amedrentar en todo aquello que no le gusta. Por ejemplo, los cargos de confianza son algo habitual en toda institución pública, incluso en las de su partido comunista; y a las pocas horas de saber que en Astorga se realiza la primera contratación al igual que en numerosos municipios similares cercanos ya anda arengando e intentando ensuciar con sus prácticas habituales. Se olvida que esta misma semana le han pillado cometiendo una presunta falta punible por ley o cuando menos, una gran falta de educación.
Y qué decir cuando tardó cinco segundos en hacer de acusita de la otra concejala, en este caso socialista. Ella también grababa las reuniones como si fuera algo natural. ¿A lo mejor tiene espíritu de profesional del periodismo por aquello de redactar soporíferas notas de prensa, por cierto, mal redactadas, confundiendo la colocación de las míticas cinco uves dobles de la ecuación clásica informativa? Porque la verdad, de Matahari y espía como que no la vemos. Está demasiado enfrascada en la revolución de la revolución temática habitual y el anhelo de borrar del mapa todo que lleve el sexo masculino.
En fin. Con las cámaras de vigilancia callejera que según nos comentan prepara el concejal del área y con ediles así, bien podemos afirmar que comienza el Gran Hermano…astorgano.