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S. G. Ante los últimos ruegos, donde el PAL-UL pedía a la Alcaldía de Astorga más transparencia, la regidora de la ciudad, Victorina Alonso, afirma en un comunicado que “Astorga es una de las ciudades de España con las cuentas más transparentes y saneadas y eso parece molestar a ciertos concejales de la oposición que ansían manchar la honorabilidad de los demás, sin escrúpulos, ni ética, ni conciencia”.
En el último pleno, el PAL de Astorga preguntó a la alcaldesa sobre la partida económica, que ronda los 24.000 euros anuales y que la Alcaldía dispone para gastos propios de representación. De nuevo el grupo opositor pedía, este mes, que se les facilitara un informe detallado sobre la ordenación de trasferencia de crédito de 5.000 euros, de la partida 920.120 ‘Administración General. Retribuciones básicas. Sueldo’ a la 920.226.01 ‘Administración General. Atenciones Protocolarias y Representativas’.
Como respuesta, Victorina Alonso apunta que “el dinero asignado a la partida citada no es para la alcaldesa sino para atender gastos de representación, en los que se han de incluir atenciones por eventos y otras actividades”.
A consecuencia de los comunicados y ruegos del PAL, la alcaldesa afirma que “una vez más, el portavoz del PAL-UL en el Ayuntamiento de Astorga consigue sorprendernos por su descaro y mala fe, por su afán de denigrar todo lo que toca, de insinuar con maledicencia que se están utilizando los dineros de la partida asignada a gastos de representación de la Alcaldía para otras funciones. La duda ofende y la carta de este concejal es como mínimo, difamatoria, propia de una persona que no conoce el verdadero significado de las palabras, y con una agresividad gratuita, pues lo que trata de hacer es según el diccionario de la RAE: Difamar e insultar a una persona de palabra, ofendiendo su fama y su honor, especialmente en público o en un medio público, desacreditar diciendo cosas contra su buena opinión y fama”.
Además Alonso considera que “sus imprecisiones y generalizaciones hacen que sus escritos, en general, resulten molestos. Su falta de rigor y evidencias dificultan una contestación razonada. Por otra parte, su afán de protagonismo y el interés en decir siempre la última palabra hacen que los debates se conviertan en una sucesión interminable de réplicas y contra réplicas absolutamente estériles”.
La regidora continúa preguntando: “¿Por qué de nuevo este escrito, continuación de uno anterior en el que decía que había descubierto una partida desconocida?”, a lo que contesta: “Pues para intentar salvarse del ridículo que ha hecho (después de casi ocho años en el Ayuntamiento) al acusar de lo que desconoce, táctica habitual en este portavoz, como la de “decir que le dicen” siempre sin mencionar nombres”.
Asimismo, Alonso acusa a Pablo Peyuca de no interesarse por estas cuentas cuando “las facturas del año pasado han estado expuestas al público desde el pasado 11 de octubre hasta el 8 de noviembre, ambos inclusive, y curiosamente ni se ha molestado en este tiempo en mirarlas y tampoco revisó las de años anteriores”.
La alcaldesa lamenta que “el trabajo de oposición de este portavoz ha derivado en una loca competición con otros grupos políticos para ver quién acusa más, quién trata peor a la ciudad, al equipo de gobierno o a la alcaldesa. Sin propuestas serias ni meditadas, sin trabajar por y para el municipio. Solo preocupado por aparecer en la prensa. Aún no se ha enterado de que el sueldo que tiene asignado no es, encima, para que hable mal de Astorga, de sus Murallas, de sus gentes y también, por supuesto, de las aceras y baldosines que son su debilidad y prácticamente único recurso”.
Victorina Alonso reitera que “si de algo podemos estar orgullosos en el Ayuntamiento de Astorga es de la honestidad, transparencia y austeridad con la que ha gobernado siempre el Partido Socialista. En el cumplimiento de sus obligaciones siempre ha satisfecho lo que la ley indica, en cuanto a la fiscalización por parte de otras administraciones, en las publicaciones de las cuentas generales, en su rendimiento ante la corporación y en su exposición al público. Es decir, en el cumplimiento de la ley, a la que este concejal se ha de atener, con la precaución de no hablar de lo que desconoce, y menos aún sembrar la maledicencia cuando, ni siquiera, se ha molestado en mirar la documentación que ha tenido a su disposición”.
La regidora de la capital maragata termina manteniendo que “Astorga no se merece a quien la deshonra… y quien deshonre su nombre y su imagen no merece ser representante de los astorganos”.
