Ya pasó el día de la Constitución y ya hemos digerido casi todos los discursos. Y digo casi porque algunos tienen un regusto tan preconstitucional que se me indigestan un poco.
Llevo años defendiendo la necesidad de la Reforma Constitucional y rechazando acusaciones que nos tachan, a quienes estamos en esa postura, de querer subvertir el orden constitucional. Nada más lejos de la realidad. Reconozco las bondades de la Carta Magna, por la que siempre he sentido una especie de veneración.
Respecto a la necesidad de la Reforma, creo que acontecimientos recientes la respaldan. Pongamos por caso la elección del Presidente del gobierno, la relación entre gobierno central y gobiernos autonómicos o el disfrute y garantía de los derechos fundamentales. Además, siguen pendientes encajes en relación con la arquitectura del Estado.
Respecto a la oportunidad de la Reforma, podría parecer que al coincidir en las Cortes Generales muchas y diversas opciones políticas, sería el momento ideal para afrontarla. Sin embargo, falta respeto al adversario, falta esa capacidad para poner las luces largas y ver a larga distancia y ¿Qué sobra? Resumiendo: mucho ego y vetos cruzados
Si no se puede alcanzar un acuerdo para renovar el CGPJ, si no se puede pactar una ley de Educación que trascienda un cambio de gobierno, creo que estaremos de acuerdo en que sería imposible, en este contexto, alcanzar consenso, que no unanimidad, para la reforma constitucional. Porque la difícil aprobación de los PGE da estabilidad a la legislatura sí, pero también consolida desencuentros entre grupos.
Así pues, reforma sí, pero ahora, casi que no. Sería un esfuerzo tan estéril que nos dejaría sin ánimo para afrontar estos momentos tan convulsos en los que se suman los cambios de era con retos sanitarios, sociales y económicos ante los que nos pone esta pandemia.
Y aprovecho este rincón que me brinda El Bierzo Digital para rendir, como ha hecho el Ayuntamiento de Ponferrada, mi pequeño homenaje a Manuel Ángel Fernández Arias, un respetado vecino de Ponferrada que tuvo el privilegio de participar en las Cortes Constituyentes. Él es uno de los que forjaron el puente que nos permitió pasar de una dictadura a una democracia. Su legado es historia. Enhorabuena y gracias.